Detienen en México a un exalcalde de Tijuana con un arsenal
El empresario Jorge Hank Rhon se jactaba de beber tequila con pene de tigre y de salir airoso de todas las acusaciones
Ni sus 19 hijos, ni su afición al tequila fermentado con pene de tigre, ni su inmenso poder económico que incluye hoteles, decenas de casas de apuestas y hasta un club de fútbol recién ascendido hacían de él un personaje especial. Lo que de verdad llamaba la atención de Jorge Hank Rhon, de 55 años, exalcalde de Tijuana y miembro de una conocida familia priista, era su condición de intocable. Sospechoso habitual -de asesinato, de narcotráfico, de lavado de dinero, de contrabando de animales exóticos-, siempre salió indemne. Hasta que, a las tres de la madrugada del sábado, el Ejército mexicano entró en una de sus casas y encontró un arsenal formado por 40 armas largas, 48 cortas, 70 cargadores, más de 9.000 cartuchos y una granada. Junto al exalcalde de Tijuana (2004-2007), los militares detuvieron a otros 11 individuos, también en posesión de armas de fuego.
El ingeniero Hank Rhon siempre vivió rodeado de animales exóticos, escoltas y sospechas. De hecho, ya en 1988 fue investigado por el asesinato del periodista Héctor Félix Miranda, cofundador de la prestigiosa revista Zeta. Los asesinos de Miranda fueron dos guardas de seguridad del hipódromo de Tijuana, que ya entonces dirigía la familia Hank, pero el empresario salió de rositas. Unos años más tarde, en 1995, fue detenido en el aeropuerto de la ciudad de México con el equipaje lleno de objetos de marfil, piedras preciosas y cuatro abrigos de piel de tigre. También se libró. Tanto su proverbial escapismo como la facilidad con que su familia resultaba agraciada con concesiones tan rentables como el hipódromo de Tijuana se atribuyen a su pertenencia al todopoderoso PRI ?el partido hegemónico en México hasta el año 2000?, del que su padre, Carlos Hank González, fue figura destacada y hasta gobernador del Estado de México.
Pero la fortuna de Jorge Hank pudo haberse acabado a las tres de la madrugada de Tijuana -nueve horas más en la España peninsular-. Medio centenar de soldados localizaron decenas de armas de fuego en uno de los inmuebles del empresario. A continuación, se dirigieron a su casa y lo detuvieron. Según su abogado, Óscar Téllez, el exalcalde fue sacado de su domicilio tal y como se lo encontraron, en calzoncillos, y apenas le entregaron una manta para que se protegiera del frío. El letrado advirtió de que ni la detención ni el registro disponían del respaldo de sendas órdenes judiciales. En cualquier caso, de confirmarse, la posesión de un arsenal es un delito para el que no se contempla la fianza. Jorge Hank tendría que afrontar el juicio desde prisión.
Dado el periodo preelectoral que vive México, la detención del destacado priista ya es vista con desconfianza por algunos sectores, que sospechan una maniobra de la derecha en el Gobierno para atacar al PRI. De hecho, el presidente del Partido Revolucionario Institucional, Humberto Moreira, no dudó este sábado en salir en defensa de Hank: "Es un compañero priista, sí; y fue un extraordinario presidente municipal. No vamos a permitir una cacería de brujas ni un acto de intimidación contra nuestros militantes". La raíz de la sospecha es: si hace décadas que se conocían los tejemanejes de Jorge Hank, ¿por qué es detenido justo en el momento en que más daño puede hacer a su partido? La bien sustentada desconfianza en el sistema y en los que lo manejan forma parte de la realidad de México.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.