_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿El narcocorrido genera violencia?

Resultados de la encuesta
Resultados de la encuestaDEMOTECNIA

Por decreto, el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, ha decidido que en su tierra no se pueden interpretar ni difundir narcocorridos en bares, cantinas, ni ningún otro tipo de establecimientos públicos. Férreamente apoyado por Alejandro Poiré, portavoz del Gobierno de Felipe Calderón en materia de seguridad, el gobernador sinaloense argumenta que este tipo de canciones ensalza a los criminales y eso influye en la población; sobre todo, afirma, en los jóvenes, incitándolos a seguir los pasos de tan loados caballeros.

La polémica no se ha hecho esperar. Voces indignadas claman por lo que consideran una evidente violación a la libertad de expresión, otros aseguran que el gobierno está obligado a prohibir los narcocorridos porque representan una apología del delito. En el centro muchos simplemente opinan que se trata de una medida absurda porque no hay un comportamiento inducido si una persona está expuesta a imágenes, letras musicales o contenidos que reflejen agresiones, asesinatos, robos, secuestros o impunidad que los trastorne hasta llegar a convertirse en criminales.

Más información
Sinaloa declara la guerra contra el 'narcocorrido'

Canciones mexicanas con contenido violento sobran, desde la de Rosita Alvírez a la que le dieron tres tiros y solo uno era de muerte, pasando por La Martina, adolescente asesinada por traidora, o el corrido de Don Baldomero, el que persiguió a tiros al osado que pretendió bailar con su hija. Bueno, ya si nos ponemos escrupulosos, hasta el México lindo y querido debería prohibirse porque, hasta donde entiendo, decir que un muerto solo está dormido para traerlo a enterrar aquí, pues también es un delito ¿o no?

Al margen de las ganas de López Valdez de ocupar espacios en los medios de comunicación nacionales, dados los niveles de violencia que se registran en su Estado, habría que coincidir con ocho de cada diez personas que entrevistamos para la encuesta de esta semana, las cuales opinan que el gobierno de Sinaloa simplemente no tiene la capacidad para andar revisando qué canciones se tocan o se dejan de tocar en los establecimientos públicos. Nada despreciable tampoco la opinión del 75% de entrevistados en el sentido de que los jóvenes no se vuelven criminales por escuchar corridos, sino que acaso influyan las condiciones de pobreza y falta de oportunidades con las que se enfrentan.

Un 73% nos dijo que la violencia que genera el narco no tiene nada que ver con las preferencias musicales de la sociedad, aunque el 58% está de acuerdo con que este tipo de canciones hablan de valores que no deben admitirse.

Resumiendo: un 35% de los mexicanos estarían a favor de que se prohibieran los narcocorridos en todo el país, el resto dice que por ahí no va la cosa.

Sinceramente creo que si el gobernador de Sinaloa y en el Gobierno de Felipe Calderón están tan convencidos de que la música que escuchamos condiciona de tal manera nuestro comportamiento social, pues en vez de andar haciendo prohibiciones absurdas, lo que deberían hacer es gastar su tiempo y su dinero en contratar compositores que se dediquen a hacer apología de los defensores de la ley, digo, a ver si alguien se las compran.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_