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La prueba del nueve de las revoluciones árabes

Las críticas al islamismo radical en Europa y Estados Unidos suelen centrarse en dos aspectos ciertamente preocupantes, la condición de la mujer y el concepto de yihad, utilizado por los radicales islámicos como argumentación teológica para fomentar el terrorismo. Ambos hilos argumentales fueron activados después de los atentados del 11 S: el primero como instrumento dirigido a la opinión pública europea y americana más progresista, a la que se intentó embarcar en la defensa de las guerras de Afganistán e Irak en nombre de la emancipación de la mujer; el segundo para situar las raíces de la violencia en la ortodoxia coránica de los salafistas, con su lectura literal del Corán, de la que tanto partido han sacado Al Qaeda y Bin Laden. No son argumentos vacíos, ni mucho menos, pero la dificultad radical con que tropiezan las sociedades islámicas para su transición al Estado de derecho y a la democracia liberal no reside ni en la condición de la mujer ni en la idea de yihad, sino en una cuestión mucho más de fondo, que las actuales revoluciones árabes deberán situar en primerísimo plano y esta es la de la libertad de conciencia.

Se pueden hacer también cuantas investigaciones textuales se desee para demostrar, más que la superioridad de las otras religiones, una supuesta inferioridad del islam por su vinculación coránica con la violencia. Pero es difícil, en primer lugar, atribuir el tropismo hacia la violencia a una sola creencia cuando todas las religiones han tenido en un momento u otro tales vinculaciones, y en algunas ocasiones todavía más virulentas, incluyendo en estos momentos las lecturas e interpretaciones sectarias que han tenido muchos textos sagrados. Y luego hay que señalar la inutilidad de unos argumentos que terminan reforzando las ideologías radicales, a las que se les concede la exclusiva de las interpretaciones ortodoxas y el sello de autenticidad sólo para legimitar el supremacismo religioso propio y su traducción en acciones a su vez represivas contra la generalidad de los enemigos señalados.

La prueba del nueve de las revoluciones democráticas en países árabes con amplias mayorías musulmanas la establecerá una cuestión que precede y está en el origen tanto de la discriminación de la mujer como de la fuerza, sea la que sea, de las ideas y partidos yihadistas. Esta es la capacidad de las sociedades árabes liberadas de las dictaduras corruptas pro-occidentales para organizar la libertad de conciencia de sus ciudadanos, y como consecuencia, la libre práctica religiosa, el derecho a la conversión de un musulmán a otras religiones y la libre crítica contra cualquier religión, incluida la islámica; cuestiones todas ellas que también están lejos de ser asumidas plenamente por el conjunto de las sociedades occidentales, donde todavía hay fuerzas regresivas que exigen y a veces consiguen un estatus especial para sus prácticas y creencias en detrimento de las otras y sobre todo de la sociedad laica .

Los primeros síntomas no son muy alentadores. No lo es la fuerza de los Hermanos Musulmanes en Egipto, formación política que está lejos de propugnar un modelo de sociedad diversa y que se ha ocupado muy concienzudamente de garantizar que la Constitución sigue manteniendo el confesionalismo islámico. Menos lo es todavía la persecución a que se somete a los cristianos coptos egipcios o los sucesivos atentados contra gobernantes paquistaníes cristianos o liberales.

Una de las grandes ventajas de las dictaduras es que mantienen ocultas y reprimidas las tendencias de fondo de las sociedades, que surgen de nuevo en cuanto se levanta la bota opresiva, a veces con efectos nefastos como son estos sangrientos ataques contra la población cristiana. La dificultad de la libertad es que produce una transferencia de las responsabilidades desde la mano de hierro del dictador al conjunto de la sociedad, y si la entera sociedad con toda su complejidad no se hace cargo de defender la diversidad cultural y religiosa nadie lo va a hacer. El problema es que no hay medias tintas en el camino de la libertad, si no se avanza, se termina regresando a la casilla de partida: si los egipcios no saben consagrar el pluralismo en su sociedad, se producirá una regresión hacia la dictadura, aunque esta vez de otro color.

Comentarios

Por qué no habrá dictadores que impongan la libertad de conciencia. Siempre lo son para limitarla. Pensar lo que uno quiere, ahí es nada. De cabeza adentro, bien, y ni siquiera, pues a veces el lavado de cerebro no se limita al cabello.
Otro ataque a la mujer lo protagonizan estos días los periódicos judíos ultraortodoxos, que borran, gracias a la tecnología, a las mujeres relevantes que aparecen en la histórica foto de Obama en plena ejecución rodeado de su cúpula dirigente. La verdad es que la libertad de conciencia a algunos no les sirve para mucho. Con el photoshop se bastan para ejercer sus limitaciones de juicio.
Ahora leo la entrevista digital a Ana Carbajosa y dice lo siguiente: "La mujer es un pilar fundamental en el judaísmo ultraortodoxo. Para empezar, suelen ser ellas las que trabajan y las que mantienen a la familia mientras los hombres se dedican al estudio de los textos religiosos. A ellas les corresponde también el cuidado de la prole. Las familias ultraortodoxas tiene una media de siete hijos. No es extraño toparse con familias de once o catorce hijos. Sin las mujeres, el sistema de vida de los llamados "temerosos de dios" se vendría abajo. Los hombres ostentan sin embargo la autoridad religiosa. En las sinagogas y en los tribunales rabínicos ellas ocupan un discreto segundo plano. Hay corrientes reformistas y feministas del judaísmo que pelean porque la mujer ocupe un lugar más destacado". Son un pilar en el judaísmo ultraortodoxo, vale, pero no parece que al judaísmo ultraortodoxo le guste que lo sea fuera de él la mujer que no forma parte de su credo. Pilar sólido en casa, sí, pilar retórico a retirar en la calle, también.
La impresion que nos producen los musulmanes de vivir en la Edad Media tiene su ribete de verdad, y se debe a que ellos no han experimentado el proceso europeo de ilustracion-revolucion que llevo al mundo moderno. Ese proceso vino precedido por terribles guerras de religion, durante las que se cuestionaron practicamente todos los dogmas y cuyo resultado principal fue precisamente la caida del dogmatismo y el nacimiento del pensamiento critico. Entonces fueron hijos de cristianos los que autocriticaron su propia religion, cuyo maximo ejemplo podria ser Voltaire. Asi como el cristianismo pervive, no sin cierta pero inevitable tension, en nuestras sociedades laicas, los musulmanes pueden hallar la forma de resituar el papel de la religion en la sociedad. Su solucion no puede ser un calco de la occidental, lo que tergiversaria su propia sustancia historica y social, pero si tendra que darle forma a los mismos principios abstractos: libertad de conciencia y de expresion de la misma.
Ya pensar por uno mismo es tarea ardua de por sí como para que algunos se afanen en ponerle trabas, cuando no clavarle su conciencia con un tirafondo a un credo en el que no cree. Leo en La Torre elevada una declaración del fundador de los Hermanos Musulmanes que dice lo siguiente: "Está en la naturaleza del islam dominar, no ser dominado, imponer su ley a todas las naciones y extender su poder por todo el planeta". Con espíritus así es difícil la convivencia pacífica y la comprensión del otro. Todo pasar por pisar al ajeno. Teníamos a los amigos de lo ajeno, materialmente hablando, y ahora tenemos los enemigos de lo ajeno, espiritualmente hablando. Nada recomendables ninguno de los dos.
DISCREPO esta vez, las cosas de la libertad no son Blanco o Negro, hay muchos grises en la realidad mundial de hoy como para constatarlo, es raro que no se intente contrastar la teoría con estas realidades. Turquía es uno de esos Grises, e Irak es otro! Y ambas Democracias avanzan sin ruido, y sin 'volver al punto de partida'. El voto femenino llegó antes a Argentina que a Suiza, lo que no invalidaba a la Democracia alpina. En los países árabes es posible que el voto femenino venga mas tarde que el masculino. En otro nivel de cosas, España no tiene límite de mandatos; Europa y América tienen sólo 1 o 2; Felipe tuvo 4 mandatos, Pujol tuvo 5 o 6; Según el ex Presidente de Brasil F. Cardoso eso ya es 'monarquía', porque todo Presidente juega con la ventaja del poder!
Lo que está sucediendo en en las naciones árabes es simplemente lo más notable acaecido en el último milenio. La gente, obligada por su insoportable situación, la falta de futuro, la corrupción y el abuso- finalmente se percataron de que la política no era un circulo cerrado, y desafiar el poder es una posibilidads, si se levantan protestas y se mantienen unidos; ésta determinación les ha hecho perder el miedo, que era la herramienta clave por excelencia del poder para dominar y controlar, imponiéndo con ello sus megalómana y absurda manera de pensar.En cualquier caso se están mezclando las cosas demasiado, y hay demasiados "árboles" que nos impiden ver el bosque.La mujer -elemento discrepante y contradictorio de todo patriarcado- es a la vez víctima y eslabón necesario para seguir manteniéndo el poder. Su condición no ha cambiado mucho, y ésto desde que el mundo registra la historia. Su aparente "invisibilidad", tiene varias explicaciones, pero en el fondo, opino que la explicación lógica es que su clara superioridad sobre el hombre, hace necesario y obliga a la mujer a jugar ese papel; es evidente que el verdadero poder no es el que está visible -y menos alarda de ello-, sino justamente el que no se ve. ¿Cómo se explicaría sinó su marginación de la gran mayoría de religiones y otros centros de poder?, y gústenos o no, han tenido y tienen aún bastante -demasiado- poder. Ésto en el plano religioso, si transportamos el género a cualquier otro plano, científico, cultural, musical, económico, militar, o séa cual fuere, son escasas las mujeres que tienen papeles realmente relevantes, que hasta casi la modernidad eran en su mayoría negativos. Afortunadamente las cosas están cambiando.En lo que respecta al Islám, y sus "ultra ortodoxos", la verdad es que todos los fanáticos -e ignorántes o violentos, y siempre los habrá -son realmente "tontos útiles" al servicio del poder, que los empléa de manera táctica, como desvío de atención o para crear miedo, amedrentar y meter en cintura a las ovejas descarriadas, y dar la sensación de fuerza.Pero, ¿Qué se puede esperar de regímenes que durante muchas décadas han reprimido sistemáticamente todo? -menos las mezquitas, claro-.La evolución podrá ralentirse, pero jamás puede parárse, y todos los intentos de todos los poderes serán en vano, desgraciadamente su ritmo es de una lentitud tan mínima, que apenas notamos cómo transcurre, pero no existe una camisa de fuerza que impida su movimiento, mal que les pese a los religiosos, y a los verdaderos detentadores del Poder, cuyas acciones son siempre en beneficio propio, ignorándo lo más elemental del ser humano: Su dependencia, tanto unos de otros, como de la naturaleza, que es la que nos permite seguir viviendo.Al final va a resultar que egipcios e incas no estaban tan errados cuando decidieron qué la vertiente principal que otorga la vida es: El sol. Un "dios" que al menos es visible, y que un par de nuestros sentidos registra_-sus "ofrendas" son ya otro tema distinto-. Un saludo.

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