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Ola de cambio en el mundo árabe

Continúan los ataques con tanques en la ciudad siria de Deraa

Siria anuncia reformas mientras ataca con tanques el primer foco de la revuelta.- Los activistas cifran en 600 las víctimas civiles desde el inicio de la protesta

Enric González

Los tanques del ejército sirio continúan bombardeando este domingo el casco antiguo de la ciudad de Deraa, según informa un testigo citado por Al Yazira, que dijo que podía identificar las armas porque era un ex soldado. El Ejército sirio utilizó ayer helicópteros, tanques y artillería para tomar la mezquita de Omari, en el casco antiguo de Deraa, donde se cobijaban decenas de personas. El asalto se saldó con seis muertos, según activistas locales.

La ciudad continúa sin agua, combustible o electricidad desde el lunes, cuando el régimen envió tropas con tanques y francotiradores para aplastar las protestas de quienes piden el fin del gobierno autoritario del presidente Bashar al-Assad. Tanques y vehículos blindados han cortado los barrios y francotiradores en los tejados de la ciudad hacen que los residentes se queden en sus hogares. Según cuenta el testigo antes citado, los hombres tienen prohibido salir de sus casas, pero a las mujeres se les permite salir en la madrugada a buscar pan.

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Por otro lado, dos protestas de la oposición se están llevando a cabo en la ciudad de Homs y, según cuenta un testigo presencial, la policía ha disparado contra los manifestantes. Alrededor de 600 manifestantes se reunieron cerca de la mezquita de Khalidiyyeh, en el centro, pidiendo por la caída del régimen.

El nuevo primer ministro Adel Safar declaraba a última hora de la tarde de ayer que su Gobierno preparará un "completo plan" de reformas políticas, judiciales y económicas, según la agencia oficial Sana. Safar aseguraba que constituirá comités para proponer nuevas leyes y reformas legislativas en esas áreas.

El primer ministro británico, David Cameron, ha condenado la "vergonzosa e inaceptable" represión en Siria y ha pedido que se haga más presión sobre el Gobierno. "Es evidente que en Siria hay que hacer más para intensificar la presión sobre ese régimen, para mostrar a nivel internacional que esto no es aceptable. Hemos empezado ese proceso en la Unión Europea, pero creo que tenemos camino por recorrer y mucho por hacer", ha dicho.

Pero Deraa permance incomunicada y bajo un clima de terror. El régimen de Bachar el Asad parece dispuesto a convertir la ciudad en un ejemplo de su voluntad de reprimir las revueltas a cualquier precio. Activistas locales dijeron, a través de teléfonos vía satélite (las líneas terrestres y los móviles no funcionaban), que los soldados iniciaron el ataque de ayer al amanecer. Varios helicópteros descolgaron tropas sobre el tejado de la mezquita, mientras los tanques y la artillería disparaban contra las puertas y ventanas del edificio. Abdulá Abazeit, residente en Deraa, explicó a la agencia AP que entre los muertos figuraban Osama Ahmad, hijo del imán de la mezquita, y tres mujeres, una madre con sus dos hijas, que vivían en una casa contigua al templo y fueron alcanzadas por disparos de artillería. Abazeit aseguró que no había gente armada en el interior de la mezquita.

El asalto militar a la mezquita de Omari fue simbólico, porque en ella nació el primer foco de la revuelta. A principios de marzo, 15 adolescentes de Deraa fueron detenidos y golpeados por escribir en una fachada una frase que habían escuchado repetidamente por televisión durante la revolución egipcia ("el pueblo quiere la caída del régimen"), y el hecho indignó a un grupo de vecinos, que se reunieron en la mezquita para redactar un documento de protesta. Al día siguiente se manifestaron. El gobernador de Deraa fue cesado posteriormente, pero esa manifestación, insólita en un país tan controlado y atemorizado como Siria, provocó una reacción en cadena que se extendió a otras ciudades. La durísima represión gubernamental causó víctimas mortales, lo que incrementó la ira popular. El mecanismo acción-represión-acción ya no se detuvo.

El viernes fue otra jornada de violencia brutal. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización con sede en Londres, dijo que el viernes murieron 65 personas por disparos de la policía y el Ejército, e hizo el siguiente desglose: 36 en Deraa y su provincia, 27 en Homs y su provincia, una en Latakia y otra cerca de Damasco. La misma organización contabilizaba 535 civiles muertos desde el inicio de la revuelta, a los que había que añadir los registrados ayer.

Deraa, junto a la frontera jordana, y Duma, una ciudad cercana a Damasco, permanecían tomadas por el Ejército e incomunicadas. No se podía entrar o salir de ellas, la electricidad y los teléfonos estaban cortados y escaseaban el agua y los alimentos. En otras ciudades, como Homs y Banias, los tanques habían empezado a retirarse y la situación se normalizaba, según residentes locales, aunque soldados, policías y shabiha (milicias civiles armadas por el régimen) seguían controlando las calles y deteniendo a presuntos opositores.

La versión del Gobierno de Bachar el Asad era radicalmente distinta a la ofrecida por los activistas y por las personas que lograban salir del país. El Gobierno culpaba de los disturbios y las muertes a bandas islamistas que fomentaban una sublevación, y aseguraba que el número de soldados y policías muertos en choques con los "terroristas" iba en aumento.

Los activistas que intentaban coordinar a través de Internet las manifestaciones en las distintas ciudades sirias anunciaron que a partir de hoy comenzaría otra oleada de marchas, destinadas a culminar el viernes con otra protesta generalizada a la salida de las mezquitas. Los mismos activistas dijeron que los disparos de soldados y policías ya no atemorizaban a los ciudadanos sino, al contrario, estimulaban su furor contra el régimen.

Llegada de un tanque del Ejército sirio y soldados a Deraa, en una imagen de televisión.
Llegada de un tanque del Ejército sirio y soldados a Deraa, en una imagen de televisión.EFE / AL ARABIYA
Fotos publicadas en los medios de comunicación sociales el viernes muestran grandes multitudes que se reúnen en varias ciudades de Siria para protestar contra el Gobierno y mostrar su solidaridad con el pueblo de Dera, escenario de una sangrienta represión por las fuerzas sirias la semana pasada. Los soldados en Deraa mataron a 19 personas tras disparar contra miles de manifestantes. Más manifestaciones estallaron en el centro de las ciudades de Homs y Hama, Banias, en la costa mediterránea, Qamishly en el este y Harasta, un suburbio de Damasco. Damasco ha vivido la mayor protesta hasta el momento, con una multitud de 10.000 personas, que marcharon hacia la Plaza Omeya antes de ser dispersados por las fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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