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Austria resuelve 56 años de conflicto con el bilingüismo

Un acuerdo permite instalar señalización bilingüe en zonas con minorías eslovenas

Austria ha puesto fin a 56 años de un conflicto lingüístico, una disputa que impedía instalar señalización bilingüe en zonas con minorías eslovenas. Con un pacto negociado entre el secretario de Estado, Josef Ostermayer, el jefe del Gobierno regional de Carintia, Gerhard Dörfler, y tres representantes de la minoría eslovena, se ha determinado que se instalarán 164 carteles se señalización de localidades en Carintia del Sur, limítrofe con Eslovenia. Además se permitirá el uso de esloveno como segundo idioma oficial en dos poblados con más del 17% de habitantes de origen esloveno.

Según la Ley de derechos de minorías croatas y eslovenas, anclada en la Constitución Austriaca de 1955, el bilingüismo debería estar permitido en el ámbito oficial y público en zonas con población autóctona de ambas minorías. En Carintia, región de 560.00 habitantes, 13.000 son de origen étnico esloveno. Pero el cumplimiento de la ley se ha visto hasta ahora obstaculizado por el rechazo de la mayoría de la población germanohablante de Carintia. Quien más atizó el conflicto fue el ultranacionalista Jörg Haider, jefe del Gobierno regional de Carintia, durante casi una década y hasta su fallecimiento en un accidente de tráfico en octubre de 2008. Su cruzada contra el bilingüismo acrecentaba su popularidad en la región alpina del sur de Austria.

A pesar de las condenas del Tribunal Constitucional, Haider mantuvo la así llamada Batalla de los carteles de señalización bilingüe de localizaciones, que podría darse por por finalizada tras el acuerdo conseguido hoy en Viena. Se habla de un "acto histórico". No obstante, falta la aprobación por parte del Consejo Nacional y el Consejo Regional. Y el actual gobernador de Carintia, Gerhard Dörfler, del partido fundado por Haider Liberales de Carintia, anunció que consultará la opinión de los carintios meidante una encuesta popular previa a la votacion parlamentaria.

Esta propuesta fue duramente criticada por el presidente del Tribunal Constitucional, Karl Korinek. Según su opinión, pedir que una mayoría decida sobre derechos de minorías es algo "profundamente antidemocrático". El presidente de Austria, Heinz Fischer, se limitó a indicar que una encuesta popular de todas formas no es vinculante.

La opresión de la minoría eslovena en Austria tiene su origen en la época de los nazis. Los eslovenos disfrutaban de amplios derechos hasta que en 1941, cuando Austria ya estaba anexionada a la Alemania de Hitler, Himmler ordenó el desplazamiento de los eslovenos, que acabaron siendo deportados a campos de concentración. Muchos de ellos se enrolaron en las unidades de partisanos antifascistas bajo el mando de Tito, mientras que la mayoría de la población germanohablante simpatizaba con los nazis.

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