Napolitano devuelve al Gobierno el decreto sobre el federalismo
Recuerda que es ilegal promulgarlo si no ha sido explicado antes en el Parlamento.- Bossi pierde la confianza de sus bases mientras crece el runrún sobre una inminente crisis de Gobierno
El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, se ha negado hoy a promulgar el decreto sobre el federalismo municipal fiscal, aprobado anoche a toda prisa por el Gobierno. El proyecto es uno de los caballos de batalla de la Liga Norte, principal aliado de Silvio Berlusconi en el Gobierno. El decreto había sido aprobado en Consejo de Ministros extraordinario convocado horas después de que la reforma fuera rechazada por la Comisión Bicameral por un empate a 15 votos, resultado que según el reglamento constituye un rechazo.
Napolitano se ha negado a promulgarlo calificando el decreto de "impresentable" en una carta dirigida a Berlusconi en la que asegura que no se cumplen las condiciones para proseguir con el proceso legislativo de esta iniciativa.
La decisión del presidente supone un duro revés para Berlusconi, que necesita el apoyo de su socio en el Ejecutivo, la Liga Norte, para seguir gobernando. El partido de Umberto Bossi había puesto como condición para mantenerse en la coalición de gobierno que fuera aprobada la reforma federalista. Bossi ha asegurado tras hablar telefónicamente con Napolitano, que la próxima semana se reunirá con él y después comparecerá en conferencia de prensa.
El rechazo de Napolitano a firmar el decreto ha sido celebrado por la oposición. El presidente de los diputados del Partido Demócrata (PD), Dario Franceschini, ha calificado a Napolitano de "intachable, determinado e imparcial, que ha bloqueado un proceso ilegítimo". La oposición en bloque había condenado ayer el intento de saltarse el ordenamiento legal diciendo que era "inaudito, un golpe de mano del Ejecutivo contra el Legislativo".
La reforma del federalismo es la más vieja promesa electoral de la Liga Norte; su líder, Umberto Bossi, y el ministro de Economía, Giulio Tremonti quieren aprobarla a toda costa y cuanto antes. Bossi ha respondido hoy al mensaje de Napolitano diciendo que presentará el decreto la semana próxima en ambas Cámaras. Pero las bases de la Liga ya no las tienen todas consigo y empiezan a rebelarse contra la alianza de Bossi con Berlusconi; por un lado, piensan que el federalismo está amenazado; por otro, desaprueban los escándalos sexuales del primer ministro.
Aunque la precaria mayoría ha vencido hasta ahora sin el apoyo de Gianfranco Fini casi todas las votaciones importantes por amplia mayoría, los números son cualquier cosa menos seguros. Muchos ciudadanos (un 51%, según una encuesta del Corriere della Sera), creen que el federalismo esconde en el fondo un modo de privilegiar financieramente al norte frente al sur. Quizá por eso, sabedor de la impopularidad de la reforma, el Gobierno intentó saltarse la mecánica constitucional, con la idea de ganar algo de tiempo y captar más apoyos en el Parlamento. De hecho, Berlusconi cenó anoche con el llamado Grupo de Responsabilidad Nacional, los tránsfugas de diversos partidos constituidos en un grupo autónomo subalterno al Ejecutivo y cuyos votos decidieron la moción de censura el pasado diciembre.
El empate en la comisión bicameral del miércoles se debió a la escisión de Futuro y Libertad, el grupo de Gianfranco Fini, de las filas del Pueblo de la Libertad: el senador Mario Baldasarri, que antes daba la mayoría al PDL, figura ahora en la oposición.
A pesar de su amenaza inicial de que, si el decreto no obtenía el apoyo de la comisión, pondría fin a la legislatura, Bossi ha optado por el camino contrario, dándole así un pequeño respiro a Berlusconi, cada vez más agobiado por el escándalo de las fiestas de Arcore. De hecho, los rumores de una inminente crisis de Gobierno son a esta hora cada vez más insistentes en Roma.
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