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Sexo a la turca

La actual persecución a la pornografía en Turquía intenta poner frenos al que fue la meca del cine erótico en los años 70

¿Te gusta el plátano?. El vendedor de Sandías. Cinturón de Castidad o Alí el futbolista biónico, fueron algunas de la película más taquilleras de Turquía en los años 70. Hace 40 años Turquía era la meca del cine erótico de Asia menor. Cientos de sugerentes pins-up turcas como Sayar Leyla o Suzan Avci y de playboys repeinados atestaban la gran pantalla turca. Era la época del Yesilçam (en turco El pino verde) que empezó en los años 60 y duró hasta el golpe de Estado del los años 80. Una época en la que cerca del 70% de las películas producidas tenían contenido erótico.

El gusto por el erotismo está en los genes turcos. Es el segundo mayor consumidor de porno del mundo después de Japón, y según un documental emitido en Canal D, el 20 % de los turcos declaran que entran en internet exclusivamente para ver páginas adultas. Son cifras extraoficiales ya que la actitud del Gobierno es restrictiva a este respecto. "Desde el golpe de estado de 1980 las cosas han cambiado. Muchos artistas e intelectuales fueron perseguidos y el cine, como el resto de las artes se vio afectado por la estricta censura del régimen militar y la ideología islamo-nacionalista", explica Ahmet Güney, estudiante de cine en la universidad de Bilgi, en Estambul. Una universidad que hace un mes se vio en el ojo del huracán al aceptar como tesis de fin de carrera el proyecto de un video pornográfico rodado en sus instalaciones. Güney comenta indignado que el alumno fue suspendido y el profesor de tesis y sus ayudantes despedidos por el centro "Es irónico que ocurra esto en una universidad que fue financiada a partir del dinero obtenido en una línea caliente en las años noventa" apostilla.

El objetivo del alumno, según declaró a la prensa turca, era "probar la tolerancia académica" y no rememorar la corriente cinematográfica del Yesilçam, que calentaba a los turcos en la largas noches invernales. Al principio se trataban de comedias románticas con algún toque picante o de remakes de Hollywood, como Los Tres Gigantes (3 Dev Adam), la única película donde Spiderman es un villano que lucha contra el Capitán América y Santos un luchador mexicano enmascarado.

Pero en los 70 las cosas cambian. La salas de proyección se vieron amenazadas por la creación del canal estatal de televisión, TRT. Urgía una nueva idea para llevar al público, sobre todo a los hombres, de vuelta al cine. Así surge el tsunami del porno o Yesilçam Seks Furyasi (en turco, La orgía del Pino verde). La ola se extendió rápido por toda Anatolia, una tierra con escasas diversiones y una larga tradición de literatura erótica.

Como era de esperar, en muchas de las escenas picantes las mujeres son víctimas de violaciones, secuestros o robos. Pero en otras, se presentan a una mujer que da buena cuenta de sus deseos acompañada de galanes visiblemente obsesionados con la práctica del cunnilingus. Incluso tan solo un año después de que Hollywood mostrara su primera escena lésbica en Walk on the Wild Side de Edwrd Dmytrik, en 1963 veía la luz Ilki Gemi Yanyana, (Los dos lados del primer buque) en donde dos mujeres se besan abiertamente delante de las cámaras.

Rápidamente comenzó a dar buenos ingresos y actores y directores de cine famosos se unieron a la moda lo que le dio un ligero toque experimental a determinados productos. Es el caso de la película Soförü Taksi (El conductor del Taxi), en la que se mezclan las imágenes de un coche derrapando con primeros planos de una pareja practicando sexo. La película se estrenó en 1976. Seis años más tarde, su director Serif Gören recibió la palma de Oro de Cannes por su película Yol (Camino) sobre las secuelas del Golpe de Estado de 1980.

Fue precisamente este golpe militar quien puso fin esta furia, a la escuela de la Yesilçam y a sus largas escenas de contenido sexual que, intercaladas medio de la trama, podían reducirse a petición del consumidor. Una escuela que produjo el primer largometraje exclusivamente pornográfico pero que también dio al mundo películas como Dünyayi Kurtaran Adán o El hombre que salvó el mundo, también conocido como Guerra de las Galaxias turca y considerada como "una de las peores películas de todos los tiempos".

La represión también echó el cierre a las salas de proyecciones y el número de películas eróticas, que el año anterior al golpe habían alcanzado la cifra de 131 - de un total de 193- se redujo dramáticamente. Desde entonces, ningún gobierno se ha atrevido a abrir la mano. Al contrario, desde la llegada del partido islamista moderado AKP al poder en 2002, la legislación contra la pornografía ha sido reforzada. La Dirección General de Protección de la Infancia vigila ahora que la moral se respete, lo que ha llevado a bloquear el acceso miles de páginas de internet y a mirar con lupa el trabajo de los artistas y escritores turcos.

Las nuevas tecnologías y la actual tesitura han relegado el cine erótico a un lugar secundario. Sin embargo, la gran pantalla turca ha evolucionado hacia un cine más profesional, comprometido con los viejos tabús sociales de los que ahora se empieza a hablar: el conflicto kurdo, la matanza armenia o la homosexualidad. Es la evolución de una sociedad en plena efervescencia que la polémica artistas como Sukran Moral define así: "Turquía es un país en constante desarrollo, lleno de vitalidad. Es como un río que crece cada día y nadie, aunque quiera, puede ponerle puertas".

Cartel de 'La orgía del Pino verde', una de las cintas eróticas de los años 70.
Cartel de 'La orgía del Pino verde', una de las cintas eróticas de los años 70.

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