El año nuevo del antiprogre
Los ritos del calendario convierten el paso del tiempo en motivos celebratorios. Ceremonias religiosas o profanas, fiestas de recogimiento o de desenfreno, conmemoraciones de viejos y santos acontecimientos o mera bacanal gregaria de consumo, en todos estos rituales encontramos al final una celebración de la vida y de la muerte. Buen momento, por tanto, para desgranar una nueva tanda de cavilaciones sobre las edades del hombre y sus ideas en vez de los habituales comentarios políticas. Con ustedes, de nuevo por unos breves días, el antiprogre.
Sólo los más atrevidos se arriesgan con la religión. Y los mejores consiguen llegar al final de sus días habiendo adorado al menos a tres dioses distintos y ninguno verdadero.
Difícil envejecer sin traicionar. Cuando las víctimas no son las propias ideas puede ser todavía peor: traicionamos a la verdad.
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