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Maliki recibe el encargo oficial de formar Gobierno en Irak

El primer ministro repite en el cargo tras el acuerdo alcanzado hace dos semanas, casi nueve meses después de las elecciones

El presidente iraquí, Jalal Talaban, ha encargado oficialmente al primer ministro, Nuri Al Maliki, la formación del nuevo Gobierno de Irak, más ocho meses después de las elecciones, celebradas el 7 de marzo y en las que el partido de Maliki quedó en segundo lugar, con 89 escaños, dos menos que el partido de otro ex primer ministro, Iyad Alaui. Desde entonces, el país ha estado sin Gobierno, inmerso en negociaciones para el reparto de poder que solo culminaron hace dos semanas. La ausencia de Gobierno ha provocado estos meses una inestabilidad que los grupos insurgentes han aprovechado para aumentar sus ataques.

Las negociaciones se cerraron con el pacto de que Maliki, chií, repitiese al frente del Gobierno, Talabani, kurdo, como presidente, mientras que el chií Alaui, cuyo partido laico Al Iraquiya integraba a la minoría suní, encabezaría un nuevo organismo creado ad hoc, el Consejo de Políticas Estratégicas. El suní de Al Iraquiya Osama Al Nujaifi presidirá el Parlamento. Maliki tiene un plazo de 30 días para confeccionar una lista para cubrir el resto de puestos del Gobierno que integre las distintas facciones del país.

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Los líderes de Irak pactan el Gobierno ocho meses después de las elecciones

En un discurso televisado, Talabani ha pedido a Maliki la formación de un gobierno que esté "constituido por todos los componentes del pueblo, sin descartar a ninguno", firme ante la corrupción y que fomente el desarrollo de las fuerzas armadas. Tras recibir el encargo en la residencia del presidente, Maliki ha agradecido la confianza depositada en él y ha reconocido que la tarea "no es fácil" en la etapa "sensible que vive el país. Por ello, ha llamado "al pueblo y a los políticos para que superen todas las diferencias y abran una nueva página para la cooperación".

El partido Estado de Derecho de Maliki obtuvo 89 de los 325 escaños de la Asamblea iraquí, mientras que Al Iraquiya consiguió, contra pronóstico, 91. Aunque en un principio Alaui, como vencedor, se negaba a renunciar al puesto de primer ministro, optó finalmente por desistir, incapaz de reunir una alianza sólida con otros grupos, algo que sí consiguió Maliki con kurdos y otros grupos chiíes.

No obstante, la elección del resto de miembros del Gabinete no será fácil, dado que hay que contentar a todos los grupos del país. Hay algunos puestos, como los ministerios de Defensa, Finanzas o Petróleo, especialmente sensibles. Ya tras las elecciones, muchos analistas opinaron que el Gobierno saliente de unos comicios tan apretados sería más débil que el anterior.

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Lo que sí es cierto es que Irak necesita desesperadamente un Gobierno para acabar con la inestabilidad, retome el control de la seguridad y las tareas económicas -inversiones en infraestructuras e industria petrolífera, de la que dependen el 95% de sus ingresos, y energía.

Un iraquí lee un periódico en el que aparece una imagen del primer ministro.
Un iraquí lee un periódico en el que aparece una imagen del primer ministro.AFP

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