AI denuncia que 30.000 iraquíes están presos de forma ilegal
La organización denuncia que muchos de ellos, entregados por EE UU con el traspaso de poder, corren peligro de ser torturados
Decenas de miles de prisioneros iraquíes, muchos de los cuales estaban hasta el pasado julio bajo custodia de Estados Unidos, corren un serio riesgo de tortura y malos tratos en su país, según denuncia Amnistía Internacional (AI) en un informe divulgado hoy. Según dicho documento, hasta 30.000 personas se encuentran detenidas en las cárceles iraquíes sin que estén pendientes de juicio ni se les hayan presentado cargos.
En el documento, titulado Nuevo orden, los mismos abusos: detenciones ilegales y tortura en Irak, AI alerta de que los miles de presos que el Ejército estadounidense ha entregado a las autoridades iraquíes como parte del traspaso de poderes en materia de seguridad se enfrentan a los mismos peligros y abusos que el resto de la población reclusa.
La organización denuncia que EE UU pactara la entrega de todos sus presos, menos unos 200, el pasado julio sin garantías en cuanto a su protección frente a torturas y malos tratos.
De acuerdo con la ONG, decenas de miles de personas están detenidas en Irak sin imputación de cargos ni juicio, mientras que las torturas para obtener confesiones son una práctica rutinaria de las autoridades del país.
"Las fuerzas de seguridad iraquíes son responsables de abusos sistemáticos de los derechos de los detenidos, y se les permite hacerlo con total impunidad", asegura el director de Oriente Medio y norte de Africa de AI, Malcolm Start.
Start critica que las autoridades estadounidenses, cuyo propio historial de protección de los derechos de los detenidos es "más bien pobre", haya entregado a miles de presos sin asegurarse de que serán tratados en condiciones.
Según AI, hay en Irak unas 30.000 personas detenidas sin cargos ni juicio, y se tiene constancia de que varios presos han muerto bajo custodia como resultado de torturas por parte de guardas e interrogadores. Más de 400 estuvieron recluidos en la prisión secreta del antiguo aeropuerto de Muthanna, cuya existencia fue desvelada el pasado abril. Según el documento, la "inmensa mayoría" de esos detenidos son suníes, la etnia minoritaria favorecida por Sadam Husein durante su dictadura, "detenidos bajo la sospecha de implicación o apoyo a los grupos armados suníes que han liderado la lucha contra el Gobierno iraquí y las fuerzas estadounidenses". Pero también hay "cientos de chiíes" sospechosos de apoyar al ejército del Mehdi, la milicia del clérigo radical chií Múqtada al Sáder, también opuesto a la presencia militar estadounidense.
Torturas
Muchos de estos presos dijeron a Amnistía que habían sido arrestados arbitrariamente y que se les había sometido a torturas, en muchos casos para obtener confesiones falsas de su participación en atentados u otros delitos castigados con la pena de muerte. Algunos de los métodos de tortura que emplean las autoridades iraquíes son, según AI, palizas con cables y mangueras, suspensión prolongada de las extremidades, choques eléctricos en partes sensibles del cuerpo, asfixia y perforamientos con taladros, además de torturas psicológicas como la amenaza de violación.
"Las autoridades iraquíes deben tomar medidas firmes y decisivas ahora, al completarse la transferencia de la custodia de prisiones a las autoridades iraquíes, para demostrar que tienen la voluntad política de proteger los derechos humanos de todos los iraquíes, de acuerdo con sus obligaciones internacionales, y acabar con las torturas y abusos que prevalecen hoy", afirma Smart.
Smart insta al Gobierno iraquí a liberar inmediatamente a los detenidos que no vayan a ser imputados de cargos y a juzgar sin demora a los acusados de delitos, garantizándoles un proceso justo sin recurso a la pena de muerte.
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