Berlusconi y Bossi exigen la dimisión de Fini
El primer ministro italiano apela al jefe del Estado y abre un conflicto institucional sin precedentes
Con nocturnidad y mucha bilis acumulada por el duro discurso pronunciado por Gianfranco Fini el domingo en Mirabello, Silvio Berlusconi y su socio de la Liga Norte, Umberto Bossi, han pasado al contraataque y han exigido esta madrugada la dimisión como presidente del Congreso italiano de Fini, cofundador del Pueblo de la Libertad (PDL), el partido del Gobierno que ganó las elecciones en 2008.
Tras una larga reunión en la villa de Arcore, los responsables del PDL y la Liga emitieron a las doce y media de la madrugada una nota en la que califican como "inaceptables" las palabras de Fini, quien en su discurso (que según las encuestas gustó al 76% de los italianos) certificó la "muerte" del PDL y a la vez ofreció a Berlusconi y a Bossi un pacto para agotar la legislatura.
La tesis del voto anticipado en noviembre gana enteros aunque los obispos se oponen: "Sería una huida irresponsable"
Desoyendo la oferta de Fini, el primer ministro y su ministro de Reformas explicaron que pedirán un encuentro con el jefe del Estado, Giorgio Napolitano, para exponerle la "grave situación" creada por Fini y exigir la dimisión de su aliado ya que, aseguran, "su hostilidad hacia la mayoría es incompatible con su función constitucional de árbitro".
La maniobra trata de dejar la responsabilidad de la crisis en manos de Fini implicando de paso a Napolitano, ambos favorables a agotar la legislatura para no alimentar una situación de desgobierno y caos que podría tener trágicas consecuencias en los mercados internacionales para el país que arrastra la deuda pública más alta de Europa. Según las previsiones de la OCDE, la deuda italiana alcanzará en 2011 el 120% del PIB.
El problema es que la coalición de centro-derecha está en un callejón sin salida. La crisis de Gobierno parece irreparable porque Berlusconi no se resigna a depender de Fini, quien tras haber sido purgado del PDL tiene hoy la bisagra del Parlamento con su nuevo grupo Futuro y Libertad, formado por 34 disidentes.
Hoy, los finianos han respondido a las exigencias de Berlusconi y Bossi con una áspera nota de vuelta en la que afirman que la pretensión de destituir al presidente de la Cámara es "un acto inconstitucional", señalan que Fini no dejará su cargo y recuerdan que fue Berlusconi quien inventó en 1994 el perfil del presidente del Congreso asociado a la coalición de Gobierno (el uso anterior era nombrar un presidente salido de la oposición como garantía de equilibrio parlamentario).
Todo hace pensar que las elecciones anticipadas están cada vez más cerca. Bossi admitió a la salida de la cumbre de Arcore que la mayoría "ya no existe", y explicó que la visita a Napolitano es solo el "primer paso" antes de los comicios adelantados. La Liga quiere votar en noviembre, porque piensa que será el gran beneficiado de la crisis del PDL. Berlusconi no las tiene todas consigo porque los sondeos no le garantizan una cuarta victoria. Varias encuestas muestran que, aunque ganara en la Cámara gracias al premio que recibe la lista más votada (el 55% de los escaños), el líder del PDL perdería muchos apoyos y seguramente no ganaría en el Senado, lo que de hecho le dejaría en minoría.
La oposición, mientras tanto, ha exigido a Berlusconi que deje de jugar a la cerilla y presente su dimisión inmediata al presidente de la República para que este, haciendo uso de sus atribuciones constitucionales, decida la hoja de ruta a seguir.
Pero antes de quedar retratado ante sus electores como el jefe de Gobierno que tiró a la basura la mayoría electoral más amplia de la historia, Berlusconi ha preferido ganar tiempo explorando una vía peligrosa, la del choque institucional con Fini y, de paso, con el jefe del Estado, con la evidente intención de hacerles a ambos responsables de la crisis del Gobierno.
Según afirma hoy la prensa italiana, Berlusconi quiere obtener "la rendición" del presidente de la República, a quien ve como el aliado oculto de Fini. La tentación del líder del PDL, comenta La Repubblica, es subir al Aventino, lo que se podría traducir como echarse al monte. La irresponsable estrategia consistiría en paralizar el Parlamento, boicoteando la tramitación de leyes como modo de presionar a Fini para que abandone su puesto.
Los obispos han entrado hoy en el debate con un editorial del diario Avvenire que define las elecciones anticipadas inmediatas como "una fuga de la responsabilidad de gobernar".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.