Moscú vive hoy el día más caluroso de su historia
Con temperaturas superiores a los 37 grados, los 15 millones de habitantes de la capital rusa resisten a duras penas una ola de calor desde hace mes y medio
Con temperaturas que superaron los 37 grados, Moscú ha vivido este lunes el día más caluroso de su historia desde que existe un registro meteorológico, hace más de 130 años, según ha informado la agencia oficial Itar-Tass, basándose en datos del servicio municipal y provincial de meteorología.
El hecho se produjo a las 15 horas (dos horas menos en España), cuando el aire se calentó hasta los 37,4 grados. Esta temperatura puede resultar aún mayor en el baremo definitivo, ya que en algunos puntos de la ciudad el calor llegó a superar los 38 grados. En cualquier caso, se puede afirmar ya que el calor superó con mucho el anterior récord (36,8 grados en 1920) y los pronósticos indican que la temperatura puede acercarse a los 40 grados el miércoles o el jueves.
Moscú, donde residen 15 millones de personas, no está preparada para el clima africano que tortura a sus habitantes desde hace un mes y medio, periodo durante el cual se han batido por lo menos siete récords históricos de calor y se han disparado los precios de los ventiladores y aparatos de aire acondicionado.
La situación se ha visto complicada con el humo de los incendios subterráneos de la capa de turba en bosques de cuatro distritos de la provincia. Una neblina impregnada del olor del carbón chamuscado envolvía el lunes la capital de Rusia y la convertía en un entorno inhóspito e insalubre, donde la concentración de sustancias tóxicas en el aire supera entre seis y ocho veces lo habitual. Entre las anomalías que se registran figuran tempestades muy localizadas de gran intensidad y corta duración.
Por el calor reinante, Moscú puede compararse hoy con ciudades asiáticas como Asgabad, la capital de Turkmenistán, donde la temperatura el lunes era superior a los 37 grados, y está por encima de Tashkent, la capital de Uzbekistán, que registraba 34 grados. Muchos jardines y parterres del centro de la capital rusa, que hace poco estaban verdes y lozanos, aparecen hoy amarillos y requemados como si de parcelas de la estepa centroasiática se tratara. Los responsables del metro se están tomando medidas especiales para refrescarlo, ya que en algunas estaciones el aire llega a los 34 grados y el sistema de ventilación de este servicio de transporte usado por millones de personas no está calculado para hacer frente a largos periodos con temperaturas de más de 30 grados.
Por otra parte, en 23 provincias de Rusia, en su mayoría ribereñas del Volga, se ha declarado el estado de emergencia debido a las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones. La ministra de Agricultura, Elena Skrynnik, afirmó la semana pasada que el 20% de las cosechas de los cereales se ha perdido y el pronóstico para este año, que era de 97 millones de toneladas de trigo, se ha rebajado ya a 85 millones de toneladas. Los agricultores piden créditos y el gobierno planea compensar el déficit distribuyendo las reservas del fondo de intervención agrícola. Los responsables de la agricultura aseguran que no subirán los precios de los alimentos, pero, según datos del periódico Vedomosti, los precios de los cereales se incrementan entre el 17% y el 33% por semana.
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