Regresa a Holanda Ruben 'el niño milagro', superviviente del accidente aéreo de Trípoli
Ruben van Assouw, de 9 años, ya sabe que ha perdido a sus padres y hermano en la catástrofe, que ha costado la vida a 103 personas
Con múltiples fracturas en las piernas y muy medicado, Ruben van Assouw, el niño holandés de 9 años único superviviente de la catástrofe aérea de Tripoli, ha regresado a su tierra. Las autoridades libias, que le llaman "niño milagro", han puesto a su disposición un avión-ambulancia que ha aterrizado en el aeropuerto militar de Eindhoven. A bordo acompañaban al pequeño sus tíos, Jeroen, hermano de su padre, e Ingrid, de la madre. El ministerio libio de Información ha permitido que se filmara con gran detalle la marcha del muchacho, para dejar constancia de lo bien que ha sido atendido. En Holanda, sin embargo, la familia ha preferido discreción y ausencia de cámaras. A pesar de la seriedad de sus heridas, Sedig Benzala, el médico que le ha tratado, cree que se recuperará con mayor rapidez en su propio ambiente. El vuelo siniestrado, un Airbus 330-200 de la compañía Afriqiyah Airways que partió de Johannesburgo (Sudáfrica), se estrelló el pasado miércoles en la capital libia con 103 pasajeros -70 holandeses- a bordo.
Como suele ocurrir con otros supervivientes de grandes accidentes aéreos, Ruben no sabía dónde se encontraba ni por qué, cuando despertó en el hospital libio. Sus tíos, que se trasladaron desde Tilburg, al sur de Holanda, tuvieron que explicarle que había perdido a sus padres, Trudy y Patrick, y a su hermano mayor, Enzo. La familia había viajado a Sudáfrica (el vuelo salió de Johannesburgo camino de Libia) para celebrar los doce años y medio de matrimonio. La fecha resulta curiosa, pero en Holanda es una fiesta muy popular anterior a las bodas de plata. Antes de que los tíos comunicaran oficialmente que le habían contado la verdad de lo ocurrido, el diario sensacionalista holandés "De Telegraaf", consiguió entrevistar al chico por teléfono. Según la dirección del rotativo, un redactor llamó a los médicos y estos le pusieron a Ruben al aparato. La entrevista apareció en portada y provocó una oleada de protestas. El ministro de la Familia, André Rouvoet, se mostró "asqueado" con lo que calificó de "abuso de la intimidad de un menor". El resto de la clase política compartió su sentir y a los lectores tampoco les gustó. Después de recibir miles de mensajes de repulsa, el diario ha tenido que pedir disculpas.
Entretanto, continúan las investigaciones sobre las causas del choque. Con las cajas negras ya en París, para analizar sus grabaciones, empiezan a proliferar las teorías. Como el piloto no reportó anomalías durante el vuelo o antes de aterrizar, cobra fuerza la posibilidad de que hubiera un fallo humano. En círculos de la aviación comercial holandesa no se descarta que hubiera confundido la posición de la pista de aterrizaje. De confirmarse, habría rozado el suelo a gran velocidad para luego desestabilizarse y estallar. Ello explicaría la destrucción casi total del aparato, cuyos pedazos quedaron esparcidos por el suelo. El aparato, un Airbus 330, voló toda la noche desde Sudáfrica a Libia. Allí debía hacer una escala técnica para luego seguir rumbo a Londres. Los pasajeros holandeses, en un viaje organizado por dos agencias, tenían previsto bajar en Trípoli. Luego seguirían en otros vuelos con destino a Bélgica y Alemania.
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