El desmoronamiento del acuerdo en Tailandia agudiza la violencia
16 muertos y 120 heridos, entre ellos tres periodistas, en los nuevos enfrentamientos en Bangkok
Tailandia se sume en la incertidumbre. Los camisas rojas y las fuerzas de seguridad tailandesas se han enfrentado violentamente en el centro de Bangkok, dejando un saldo de 16 personas muertas y 120 heridas desde el jueves por la noche -incluidos tres periodistas-, en lo que supone una fuerte escalada de la grave crisis que atraviesa el país asiático desde mediados de marzo.
Los soldados, que intentaban sellar la zona de las protestas, dispararon gases lacrimógenos, balas de goma y fuego real en varias de las calles que conducen al área en la que están acampadas entre 2.000 y 10.000 personas, según las fuentes, incluidas, mujeres y niños, para pedir la disolución del Parlamento y la dimisión del primer ministro, Abhisit Vejjajiva.
Uno de los periodistas heridos es un canadiense que vive en Bangkok y trabaja para la cadena de televisión francesa France 24. Los otros dos informadores, también heridos por bala, son tailandeses.
La violencia estalló tras el fracaso del plan de reconciliación, que incluía la celebración de elecciones en noviembre, propuesto por Abhisit. El jueves por la noche el ejército comenzó a desplegar vehículos blindados con objeto de sellar el campamento, y uno de los líderes de los camisas rojas resultó herido grave de un disparo en la cabeza, al parecer realizado por un francotirador. Khattiya Sawasdiphol, un general de división renegado del ejército tailandés que actuaba como el principal consejero militar de los camisas rojas, se encontraba anoche en situación crítica.
Fuego en la zona de las embajadas
Durante los enfrentamientos registrados, los rojos prendieron fuego a un autobús policial en la calle en la que se encuentran las embajadas de Japón y Estados Unidos, que fueron cerradas en previsión de los disturbios, informa Associated Press. Cuando llegó un camión de bomberos para apagar el fuego, se retiraron.
A lo largo de la noche y la mañana se oyeron disparos en la zona, aunque no estaba clara su procedencia. Al amanecer, un grupo de manifestantes capturaron dos camiones militares con cañones de agua en la intersección de las calles Sathorn y Rama IV, arrancaron los cañones y utilizaron sus tubos de plástico para disparar fuegos artificiales desde un refugio de sacos de arena, arrebatado a los soldados.
Los camisas rojas han prometido resistir hasta la muerte. "Nos están apretando la soga, pero lucharemos hasta el final, hermanos y hermanas", ha dicho Nattawut Saikua, uno de sus líderes, mientras los seguidores le aplaudían, informa Reuters.
Los manifestantes instalaron un control durante la noche en el famoso mercado de Suan Lum para evitar que los soldados aislaran el campamento fortificado con barricadas de tres metros de altura, construidas con neumáticos, lanzas de bambú y alambre de espino, y rociadas con combustible. La zona se encuentra en pleno barrio comercial de Bangkok, lo que ha obligado a cerrar durante semanas hoteles de lujo y centros comerciales. La mayor parte de los habitantes de los edificios residenciales aledaños al campamento han desalojado sus casas en los últimos días, a instancias de la policía. Las autoridades dijeron que cortarían el agua y la luz en la zona.
Khattiya, también conocido como Seh Daeng, se encontraba hablando con algunos periodistas en el interior del campamento rojo cuando fue tiroteado, en lo que se cree que fue un intento de asesinato. Había sido calificado de "terrorista" por el Gobierno, que le acusa de haber orquestado docenas de ataques con granadas, que han herido a más de 100 personas desde que comenzaron las movilizaciones. El Ejército ha negado que esté detrás del ataque, aunque había advertido que desplegaría tiradores de élite en las cercanías del campamento rojo, que dispararían contra aquellos "terroristas" que llevasen armas. "Esto es un uso ilegal de la fuerza ordenado por Abhisit Vejjajiva (...) Seh Daeng recibió un disparo de un francotirador del Gobierno", ha dicho Arisman Pongruengrong, otro de los líderes rojos.
Khattiya, de 58 años, se había mostrado abiertamente contrario a cualquier acuerdo entre el Gobierno y los líderes de los manifestantes, algunos de los cuales son partidarios de aceptar un compromiso. Desde que comenzaron las protestas, han muerto 36 personas -entre ellas, varios soldados- y han resultado heridas más de un millar. Los camisas rojas consideran que el Gobierno de Abhisit llegó al poder en 2008 de forma ilegítima, mediante la manipulación de los tribunales y gracias al respaldo del ejército.
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