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Los presos de Al Qaeda en Mauritania, en huelga de hambre

Fracasan las conversaciones de los imanes con los reclusos para que dejen la violencia. AQMI mantiene secuestrados a dos cooperantes españoles

Cuarenta y dos de los 60 presos de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), el grupo terrorista que secuestró y retiene a dos cooperantes españoles, que purgan sus penas o aguardan juicio en la prisión de Lahsar en Nuakchot, capital de Mauritania, permanecen desde hace una semana en huelga de hambre ante la negativa del Gobierno a mejorar sus condiciones, según señalan fuentes mauritanas. Los presos han hecho público un comunicado en el que califican de "teatro" las conversaciones que el Gobierno de ese país inició con ellos el pasado mes de enero para convencerles de que renegaran de la violencia. Durante varias semanas Mohamed el Hasen Ould Dudu, un religioso mauritano y otros siete imanes moderados, se entrevistaron con los presos de Al Qaeda en una jaima instalada en uno de los patios de la prisión y consiguieron que la mayoría del colectivo les comunicaran sus deseo de abandonar la lucha armada.

Los presos señalan en su comunicado que han sido utilizados por el Gobierno "para calmar una negociación" aunque no precisan cual y aseguran que las mejoras prometidas no llegan. Entre otras peticiones solicitaban mejores celdas y comida, televisiones y otro régimen de visitas, así como la inmediata celebración de sus juicios porque en su mayoría son reclusos en prisión preventiva. Cuando concluyeron las conversaciones de los imanes con los presos y se anunció la disposición de la mayoría a dejar la violencia Abu Musab Abde I Wadud, dirigente de AQMI hizo público un comunicado a través de una de sus páginas yihadistas en el que pidió a sus seguidores en Mauritania que no renuncien a la lucha ni lleguen a ningún acuerdo con el Gobierno de ese país. El antiguo emir del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate que en 2006 anunció su alianza con Osama Bin Laden y el nacimiento de AQMI criticó la iniciativa de los imanes mauritanos y aseguró que habían sido comprados por el Gobierno del general Mohamed Ould Abdel Aziz, presidente de Mauritania. Asimismo conminó a los presos a que sigan "en la lucha" y regresen a sus bases cuando obtengan la libertad.

El imán Dudu pidió al Gobierno que se celebren juicios rápidos para los implicados en delitos de sangre y se rebajen sus condenas si estos muestran públicamente su arrepentimiento. Para los no implicados en esta clase delitos, la mayoría de los reclusos salafistas, solicitó su libertad como muestra de buena voluntad. La huelga de hambre refleja el fracaso de las conversaciones, según señalan fuentes mauritanas.

Aunque el Gobierno mauritano no lo ha reconocido, las conversaciones de los imanes con los presos tienen como telón de fondo los secuestros y las exigencias de los terroristas de AQMI, entre ellas las que piden los terroristas que mantienen secuestrados desde el pasado mes de diciembre a los dos cooperantes españoles. Entre los huelguistas se encuentran Kadim Ould Saman y Sidi Ould Sidina, de 31 y 22 años respectivamente, dos de los más duros. Maroof Ould Haiba, de 30, otro de los más sanguinarios, hizo público durante las conversaciones un comunicado en el que anunciaba su deseo de renunciar a la violencia.

AQMI logró la libertad de cuatro de sus presos en Bamako (Malí), dos de ellos mauritanos, a cambio de la vida del secuestrado francés Pierre Camatte, de 61 años. La liberación de los presos mauritanos provocó tensión y roces entre los Gobiernos de Nuakchot y Bamako.

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