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La dictadura del periodista

Una de las mayores y más sangrientas dictaduras del siglo XX estuvo encabezada por un escritor, periodista y poeta, y en el momento más siniestro de su imperio, en su decrepitud, quienes mandaban eran su mujer y una banda de amigos suyos críticos literarios.

Hay una rebelión en marcha, de la que no quieren darse cuenta los periodistas. Quizás llegará a ser una revolución en algún momento. Cuando caigan bastillas. De momento hay una fronda invisible que recorre las calles de esta ciudad de la información, y se dedica a quitarles poder a los periodistas. Sobre todo, a quitarles los poderes más espurios, los que tenían por un derecho de expropiación que la tecnología ha anulado de un plumazo, de un pantallazo quiero decir.

Comentarios

No se preocupen vuesas mercedes, es una gran ventaja la especialización de las ciencias de la información. No todo el mundo puede saber de todo, ni siquiera de unas pocas cosas. Se requieren algo más de siniestras dictaduras y poderes espurios para hacer desaparecer el arte de saber bien informar. Sin necesidad de expropiación por derecho propio, la buena información tiene su espacio esencial en el progreso de la civilización, solo sucede, que el conocimiento caduca al igual que las costumbres y las modas. Todo está en movimiento, nada es estático, pues de lo contrario retrocederíamos o estaríamos en el mismo sitio como las momias o los bustos de nuestros antepasados. El problema entiendo es el desconcierto, no sabemos qué queremos y nadie sabe decirnos lo que no sabemos qué queremos. Esta es la gran misión latente o intangible de las ciencias de la información y sus valedores. La información del momento es importante, pero es esencial interpretar el sentir intangible, que como un buen médico descubre por los síntomas la causa y origen de la enfermedad. Las medicinas y la sanación, ya se proveerán cuando los pacientes conscientes así decidan y la siempre aproximada pócima del momento ayude a superar la enfermedad. Así pues, ha llegado la hora del conocimiento, realicen su trabajo de galenos lo mejor que sepan y puedan, que falta hace, pues la cantidad de enfermos que rodean el gran hospital de la vida no paran de aumentar y preparen la receta con el ungüento o pócima acertado al mejor tratamiento. La sanación vendrá sola a poco que se esfuerce el paciente, salvo que este sentenciado, que no quisiera.
Enhorabuena por la tribuna de hoy de Nicole Muchnik. Me hubiera gustado que hubiéramos sido capaces no solamente de traducirla. La experiencia es un grado. Ese poder al que te refieres, esa fronda invisible, es la que permitimos los Ciudadanos, lectores -también periodistas- y público español.
Algo de integridad en cierta clase de periodismo. Vídeo: http://javierortego.com/2009/08/28/video-sobre-integridad/

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