Los partidos de Gobierno retienen el control en el Kurdistán iraquí
Masud Barzani ha sido reelegido presidente en las elecciones regionales celebradas el pasado sábado.- También mantienen la mayoría en el Parlamento.- Un partido opositor avanza con su campaña de reformas políticas
El patriarca político del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, ha sido reelegido presidente de la región autónoma con el 69,6% de los votos. Heredero de una saga de combatientes por la independencia, con la cabeza cubierta por pañuelo tribal a modo de turbante y enfundado en el traje tradicional verde olivo, Barzani, de 62 años, es la imagen viva de su pueblo. La Comisión Electoral Independiente ha públicado hoy los resultados oficiales de los comicios regionales celebrados el pasado sábado, en los que la coalición que apoya a Barzani ganó también las legislativas con el 57,3% de los sufragios.
La victoria de la lista conjunta de los dos partidos históricos kurdos iraquíes, el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), dirigido por el propio Barzani, y la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), fundado por el actual presidente de Irak, el kurdo Yalal Talabani, se ha visto empañada por el inesperado éxito de un nuevo grupo opositor reformista. La llamada Lista del Cambio, encabezada por el ex secretario general de la UPK, Nuchiruán Mustafá, obtuvo el 23,8% de los votos, un resultado que representa un claro voto de castigo contra la corrupción generalizada en la Administración kurda y un desafío frontal a la hegemonía del régimen de base feudal que encarnan Barzani y Talabani.
Instalados en un limbo de semi independencia desde el fin de la guerra del Golfo, en 1991, cuando Estados Unidos impidió que Sadam Husein ejerciera un control efectivo sobre el Kurdistán iraquí, ambos líderes atravesaron desde entonces épocas en las que se repartieron el poder al norte y el sur de la región o se enfrentaron en sangrientos conflictos internos.
El derrocamiento de Sadam tras la intervención militar estadounidense en 2003 fue aprovechado por Barzani y Talabani para afianzar el autogobierno kurdo y ganar parcelas de poder en Bagdad. Pero la anunciada retirada de las tropas de EE UU en Irak ha desenterrado viejas disputas entre el Gobierno central y los nacionalistas kurdos. La distribución de la riqueza del petróleo que se extrae en la multiétnica provincia de Kirkuk es la más peligrosa de todas. Barzani y Talabani tuvieron que aplazar en el último momento la celebración, simultánea con las elecciones del sábado, de un referéndum para anexionar Kirkuk al Kurdistán.
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