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Calderón aumenta en 5.500 el número de militares y policías desplegados en Michoacán

El Gobierno mexicano dobla los efectivos para la mayor ofensiva en el Estado tras dos años y medio de guerra contra el narcotráfico

En menos de 24 horas, el Gobierno del presidente Felipe Calderón rechazó tajantemente la petición de diálogo del cartel de La Familia, una de las bandas de narcotraficantes más sanguinarias, sino que, además, respondió con el envío de 5.500 policías y militares para doblar el número de efectivos de las fuerzas de seguridad que desde hace más de dos años y medio libran una feroz batalla contra los criminales en Michoacán, el Estado natal del mandatario mexicano. Michoacán es, junto a Chihuahua, la zona donde la guerra no da tregua.

La reciente detención de Arnoldo Rueda Medina ha desatado una escalada de la violencia en la región que dura ya seis días. Le apodan "La Minsa", lo señalan como un lugarteniente de La Familia y le acusan de ser uno de los principales operadores del trasiego por carretera de toda la droga que llega al Puerto de Lázaro Cárdenas. Los criminales han reaccionado al arresto con el ataque más contundente en la historia policial reciente, ejecutando a 12 efectivos de élite de la Policía Federal.

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Pero en la respuesta también quedó en evidencia su debilidad. El miércoles pasado, un sujeto que dijo ser Servando Gómez, alias La Tuta, llamó a un programa de televisión en Michoacán, y al aire pidió la apertura del diálogo a Calderón. También acusó a la policía de ser cómplice de otros carteles y defendió los actos criminales que, aseguró, eran para proteger a los michoacanos de otras bandas criminales.

"Queremos que el señor Presidente de la República, el señor Felipe Calderón, sepa que no somos sus enemigos, nosotros lo estimamos al señor, somos personas conscientes, sabemos que nuestro trabajo es mal visto por la sociedad". Más que contestar las preguntas del periodista del programa Voz y Solución, hasta ese día completamente desconocido fuera de territorio michoacano, La Tuta lanzó una proclama: "nuestro pleito es única y exclusivamente con la Policía Federal Preventiva y la SIEDO (Fiscalía).

"¿Por qué? Porque están atacando a nuestras familias. Yo sé, yo pertenezco a un grupo, que nosotros no queremos actuar mal, ahorita le voy a explicar los motivos, pero ellos vienen y fabrican culpables, se están llevando gente inocente en todo el Estado de Michoacán y están haciendo lo indebido. Nosotros respetamos al 100% al Ejército Mexicano y a la Armada de México. Se llevan a los dirigentes municipales, se llevan a todo mundo fabricando culpables, gente inocente que nada tiene qué ver con nosotros y no es porque los defienda, pero es la realidad", añadió el supuesto líder del narcotráfico.

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En esta guerra se ha visto casi de todo, pero lo de "La Tuta" fue el debut de los criminales en horario estelar: la propaganda del criminal confeso ocupó el espacio mediático hasta que más de ocho horas después el ministro del Interior Fernando Gómez Mont dio una conferencia para descartar cualquier rendija de diálogo.

El propio Gómez Mont saldría 22 horas después para, acompañado de los máximos funcionarios de Defensa, Marina, Fiscalía, Inteligencia y Policía mexicanos, anunciar que Michoacán está prácticamente sitiado, que las carreteras que le comunican con cuatro estados están selladas por puestos de control, y que el despliegue más importante había comenzado. De la cooperación que para esta nueva ofensiva deberá prestar el gobernador del Estado, el perredista (izquierda) Leonel Godoy, cuyos principales asesores y un medio hermano son sujetos de proceso judicial desde hace unas semanas, Gómez Mont no dijo ni una palabra, nada, como si no existiera.

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