_
_
_
_

El presidente de Bielorrusia boicotea una cumbre de seguridad en Moscú

La decisión es una respuesta a restricciones comerciales de Rusia

Bielorrusia, uno de los siete países de la Organización del Tratado de Seguridad colectiva (OTSC), boicoteó este domingo la cumbre de jefes de Estado de esta organización político-militar liderada por Rusia en respuesta a las restricciones impuestas al suministro de productos lácteos bielorrusos al mercado ruso.

La llamada "guerra de la leche" afecta a 1300 productos y oficialmente se debe a razones técnicas, ya que Moscú decidió exigir requisitos documentales vigentes desde principios de año pero no aplicados hasta ahora. La medida es un duro golpe para la industria láctea bielorrusa, el grueso de cuyas exportaciones (un 93%) va a Rusia y supone 1000 millones de dólares de beneficios.

Las restricciones han provocado una crisis en las relaciones bilaterales semejante a la que estalló en 2006 cuando Moscú anunció el aumento de precio de sus exportaciones de gas. La leche bielorrusa es más barata que la rusa y sus exportaciones se han disparado en más de un 30% en lo que va de año, siendo una molesta competencia para el lobby lácteo ruso. Mientras unos consideran que la medida es proteccionista, otros la atribuyen a razones políticas y personales, en concreto una virulenta polémica entre dirigentes de ambos países sobre la solvencia de las finanzas bielorrusas. Según Leonid Zaíko, director del centro Estrategia de Minsk, la medida es un "arma geoeconómica" peligrosa. "La producción de leche en Bielorrusa es una estructura ramificada que abarca 180 distritos, así que si Rusia se niega a importar, se puede producir un colapso financiero, porque los campesinos y las empresas agrícolas se quedarán sin ingresos", explicaba el experto. El campo es considerado la base de poder de Lukashenko, que en el pasado fue dirigente de una explotación agrícola.

Formalmente, Minsk y Moscú comparten el fin de llegar a formar un Estado común y aspiran a una unión aduanera. En la práctica, el presidente Alexandr Lukashenko, ha tratado de mantener una posición privilegiada en su relación económica con Moscú a cambio de la lealtad de su país, por el que pasan las rutas energéticas entre Rusia y Europa. No obstante, los vínculos entre Moscú y Minsk se han complicado sobre el telón de fondo de la crisis económica global y la "revalorización" de Lukashenko en la estrategia de la UE.

El presidente bielorruso debería haber asumido el sábado en Moscú la presidencia rotatoria de la OTSC y firmado la decisión de crear unas fuerzas de despliegue rápido. El autoritario líder había anunciado incluso iniciativas para reforzar la alianza, en la que participan también Armenia, Kazajistán, Kirguizistán, Tazhikistán y Uzbekistán. Sin embargo, dio el portazo y anunció que su presencia no tenía sentido en vista del "menosprecio de los intereses económicos de uno de los países miembros".

Bielorrusia, señala un comunicado de su presidente, sigue siendo "partidaria incondicional de un mecanismo de seguridad en el espacio postsoviético en el marco de la OTSC", pero sería "simplemente ridículo" intentar compatibilizar la creación de estos mecanismos con la guerra comercial entre miembros de la organización. El concepto de seguridad colectiva es "complejo" y "condición indispensable" de la seguridad militar es la "seguridad económica", agrega. La cumbre se celebró ayer en presencia del presidente ruso Dmitri Medvédev. Cinco países (todos menos Bielorrusia y Uzbekistán) firmaron el documento para formar las fuerzas de despliegue rápido. Rusia asumió la presidencia interina de la OTSC y Medvédev opinó que "el suministro de productos lácteos bielorrusos a Rusia es un problema técnico que se podría haber resuelto bastante deprisa si no hubiera habido una politización excesiva"."Espero que esta histeria de la carne y de la leche no acabe por echar a perder el trabajo de la OTSC", sentenció. Mientras, desde la televisión nacional y la agencia nacional de noticias, Bielorrusia lanzaba una feroz andanada de críticas a la política del Kremlin.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_