Catarro presidencial

Mahmud Ahmadineyad se ha resfriado. Al menos ésa es la explicación oficial para que el presidente iraní haya suspendido sus actividades oficiales hasta pasado mañana sábado. Por segunda semana consecutiva, ha pospuesto un anunciado viaje a Kermanshah y el pasado martes no acudió a la concentración estudiantil para celebrar "el gran triunfo de Hamás" en Gaza. Tal decisión ha dado pie a que la prensa local se inquiete por su salud a falta de cinco meses para las elecciones presidenciales.

"Sí, está un poco resfriado, pero no es grave", declara a EL PAÍS Ali Akbar Javanfekr, consejero de prensa del presidente y colaborador muy cercano desde su época de alcalde de Teherán. Javanfekr, que también está saliendo de un catarro, quita importancia al asunto. "Tanto la semana pasada como ésta ha estado nevando en Kermanshah y en esas condiciones, no se puede tener a la gente esperando a que llegue el presidente", justifica. El viaje a esa provincia montañosa situada al sur de Teherán y colindante con Irak se hará cuando mejore el clima.

Pero es la quinta vez que Ahmadineyad, de 53 años, cancela un viaje oficial por razones de salud desde el pasado abril. Además, el pasado octubre, tuvo que hacer reposo aquejado de agotamiento, según informaron los medios oficiales con inusual transparencia. Se comentó entonces que el presidente hacía jornadas de 20 horas. Ahora, algunos comentaristas se preguntan si el presidente, que aún no ha formalizado su candidatura a la reelección, está en condiciones de presentarse a los comicios del próximo junio.

"Son comentarios con objetivos políticos", desestima Javanfekr. "Aún faltan cinco meses para las elecciones y les preocupa un catarro...". El asesor insiste en que "no pasa nada". "Ayer, el presidente estuvo en el consejo de ministros. Sólo es un resfriado", concluye.