Nicolas Sarkozy llegó a la presidencia de la República gracias a una insólita fórmula: la ruptura continuista. Desde 1993 ha participado en cuatro Gobiernos de la mayoría conservadora que entonces dirigía Jacques Chirac. Dejó el Ministerio del Interior y su posición de número dos del Gobierno para presentarse a las elecciones presidenciales. Ganó con la bandera de la ruptura, que se refería, fundamentalmente, a la Francia de Chirac, a su inmovilismo, su decadencia, y al proteccionismo excesivo de un Estado hinchado e intervencionista. Ahora, justo cuando arranca la presidencia semestral francesa de la Unión Europea, algo más de un año después de su triunfal instalación en el Palacio del Elíseo, la ruptura con el anterior presidente parece más discutible, o acaso un mero efecto escenográfico de la política virtual a la moda.
En muy escasos días se han acumulado los gestos de Sarkozy que recuerdan a Chirac. Ha resucitado la idea tan europea y tan escasamente americana de que el Estado, o en su defecto la UE, debe proteger a los ciudadanos frente a la globalización. Ha defendido las subvenciones y el proteccionismo de la agricultura francesa de cara a la negociación del final de la Ronda de Doha por la Organización Mundial de Comercio, con un ataque directo al comisario de Comercio, Peter Mandelson. Ha atacado a Polonia y a la República Checa por los nuevos problemas planteados a la ratificación del Tratado de Lisboa, en una repetición de aquella jugada de Chirac durante la crisis de la guerra de Irak, que aconsejó a los nuevos socios de la UE que apoyaban a Bush que se callaran. Se ha visto obligado a declarar, ante los obstáculos crecientes del Tratado de Lisboa, la imposibilidad metafísica de cualquier ampliación, no tan sólo hacia Turquía, sino también Croacia y Ucrania, cuando suya era la idea de eliminar el referéndum obligatorio para toda ampliación, impuesto inútilmente por Chirac con motivo del referéndum negativo de ratificación de la Constitución europea.
El activismo desplegado en los primeros días de la presidencia francesa se ha visto así acompañado por frenéticos ataques en todas direcciones. El presidente francés tiene motivos para la inquietud, a la vista de la mala fortuna del Tratado de Lisboa, rechazado por los irlandeses. Se han ido al garete sus grandiosos planes para la presidencia, en la que Sarkozy debía proyectarse como dirigente de talla europea y remachar la faena realizada hace un año en la cumbre presidida por Angela Merkel que aprobó inicialmente el nuevo tratado ahora otra vez embarrancado.
La actitud del presidente Lech Kaczynski es especialmente dolorosa para el francés y significa una erosión de su imagen y de su autoridad como líder europeo. El polaco ha hundido sin escrúpulo alguno los éxitos que Sarkozy se anotó hace un año, cuando desbloqueó la negociación del tratado en la cumbre de final de semestre alemán, en junio de 2007. Angela Merkel había tirado ya la toalla y fue el presidente francés recién elegido quien ligó la mayonesa de un difícil acuerdo, con concesiones y derogaciones temporales para Polonia. Ahora así se lo agradece Kaczynski. Tenía toda la razón Jacques Delors, el legendario presidente de la Comisión, con sus jeremíacas admoniciones sobre la pérdida del sentido de familia entre los socios europeos. Lo decía a principios de los 90, cuando todavía eran los Quince y algo se conservaba de las viejas costumbres solidarias. Ahora, que son Veintisiete y cuentan con parientes de fiabilidad tan limitada, está muy claro que el único espíritu es el de cada uno a lo suyo, aun a costa de faltar a la propia palabra o de desautorizar a los otros responsables políticos.
Ante la actitud de la Nueva Europa, Sarkozy no ha llegado todavía a declarar la necesidad de una UE de dos velocidades, que deje en la cuneta a quienes siguen poniendo obstáculos al Tratado de Lisboa y permita que los otros avancen. Pero su énfasis en negarlo no puede ocultar que la idea está abriéndose paso en París y en Berlín, donde cunde la sensación de que se está llegando ya al final del camino. La unanimidad, que el Tratado de Lisboa limita, no se romperá voluntariamente, por lo que es probable que sólo rompa el hielo un gesto decidido de Francia y Alemania. En junio, después del referéndum irlandés, los dos mayores socios continentales habían preparado ya una declaración en respuesta a la negativa de los irlandeses, pero la prudencia aconsejó posponerla, para no interferir ni perjudicar en la ratificación británica. Pero si la República Checa y Polonia se unen a Irlanda en su paralización de la UE no parece haber muchas dudas de que los dos grandes países continentales deberán hacer algo. Lo han hecho históricamente cada vez que ha sido necesario, ¿por qué no van a hacerlo ahora?
Comentarios
Curiosamente, el anterior y más completo Tratado Constitucional fue firmado por todos los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, incluida Polonia.
El Tratado Constitucional fue rebajado para tener en cuenta la posición de los euroescépticos....quienes como se ha demostrado seguirán votando NO a cualquier Tratado ya que no creen en la construcción europea (vease el artículo de The Economist "European Union: Bury it")
De todos modos, el Tratado Constitucional fue fruto del consenso dado que los eurófobos llegaron a un acuerdo a favor de una muy limitada democratización institucional de la Unión y aceptaron la incorporación de la Carta de Derechos Fundamentales)
Finalmente se ha demostrado que en la práctica no habían aceptado NADA, y que su único fin es acabar de una vez por todas con la construcción europea y la Unión...
En consecuencia es necesario recuperar a aquellos federalistas que se alejaron al considerar el Tratado Constitucional insuficientemente democrático y viajar directamente rumbo a una CONSTITUCIÓN para una Unión plenamenta democrática y federal.
Ya, era previsible y me alegro, no era lógico renovar con trapos viejos.
¿cómo puede ese presidente renovar a fondo los PACS echando a perder su mayor paquete de votos?
Le pasa lo mismo con sus leyes "à la va vite" no puede decir que "l'Etat c'est moi" no protegerá a los franceses.
etc
Y después de cinco párrafos más sobre el tema seguimos sin saber las bendiciones del famoso Tratado de Lisboa. ¿Qué nos estamos perdiendo Sr. Bassets?
Londres insistía en una revisión de la Política Agraria Común (PAC), que absorbe más del 40% del presupuesto comunitario, pero afecta a menos de un 10% de la población, en detrimento de las políticas de educación, investigación e innovación.
....Mandelson, muy bien.
Sarkozy debe recordar que EU no es Francia!. Es presidente un semestre, un semestre.
Y entra diciendo que un operario no leha sludado, dedicate a la política europea y no quieras que Europa pague tus impuesto.
vergonzoso!
No os alegréis tan pronto, queridos. Se han producido cambios en las relaciones con USA y Reino Unido, en la postura sobre Oriente Medio, Irán y Líbano, se abre la posibilidad de enterrar la Francafrique… No creo que se pueda calificar de chiraquiana la política exterior francesa, aunque se mantenga cierta soberbia en el seno de la UE, como contrapeso a Alemania y el desplazamiento de poder al Este tras la ampliación, con el añadido de agresividad proteccionista contra Mandelson, muy injustamente criticado por Sarko, y el BCE, al que debería dejar en paz de una vez, no sólo Sarko, también ZP.
Baverez ha dicho en más de una ocasión que el error fundamental de la política industrial francesa ha estado en defender sectores o nichos incluso decadentes e imposiblemente renovables, mientras descuidaba grandes oportunidades, finalmente obtenidas por otros países. En general, la política económica y los otros pilares de la política general se caracterizan por el miedo al futuro, en vez de por ganar con las chances.
Sea como sea, el gesto de desprecio de Chirac a unos países que se mantuvieron en silencio durante 45 años bajo la bota del Kremlin poco tienen que ver con las palabras hacia Polonia (“el único país con el que no hemos estado en guerra”) y República Checa (“nuestros amigos chechos”).
El problema se lo encontró Sarko en 2007 e intentó arreglarlo, para salir del embrollo en el que los eurócratas constitucionalistas metieron a la UE. Sus objetivos de políticas concretas en inmigración, defensa, medio ambiente (acertadas) y agricultura (muy, muy desacertadas) se van a ver afectados por la última herencia del chiraquismo, que por su podredumbre hizo que en 2005 se rechazara el maldito Tratado constitucional, que Giscard tendría que haberse comido en su día.
Sobre Doha, habría que rescatar la petición de Reagan a Gorbachev: Sr. Sarkozy, tire ese muro (proteccionista). Las razones de Zoellick son que “eliminaría la distorsiones de los subsidios agrícolas y crearía un comercio alimentario mundial más justo y eficiente”. Lo cierto es que la liberalización desde USA y UE no ayudaría a moderar la crisis, porque un componente esencial de Doha es una reducción sustancial de los subsidios agrícolas, lo que reduciría la oferta de granos de parte de algunos países que los subsidian y incrementaría la de otros países, especialmente los del Grupo de Cairns, que lleva el nombre de una ciudad aussie. El efecto neto en la oferta sería negativo. Incluso en los países de la OCDE el impacto de unas tarifas agrícolas reducidas sería el de agravar la escasez de alimentos, ya que la bajada tarifaria bajaría los precios agrícolas y aumentaría la demanda de granos dentro de la OCDE. El efecto positivo en los precios ocurriría a largo plazo; a corto plazo es posible que los precios subieran (5,5% para no procesados, 1,3% para los que sí lo son), afectando sobre todo al África subsahariana, ya que los más beneficiados serían los exportadores, y dentro de ellos los granjeros rurales. Aunque los compradores suelen ser más ricos que los vendedores, de modo que se produciría una transferencia de ingresos… Lo dicho: más liberalización comercial significará en 10 años precios alimentarios más bajos.
Eso la derecha francesa no lo entiende muy bien; la izquierda, todavía peor. Si hace falta, se pone una bomba a un McDonald’s, como el Bové amiguito de los socialistas.
Ufff complicada ecuación de geoestrategia política.
A/ Francia hasta le petit Napoléon fue siempre un tampón entre la URSS y los U.S.A, veremos como se mueve el nuevo inquilino de la OTAN con el pago a los americanos de los polacos con el famoso escudo de misiles. El recorrido es corto, los alemanes ya van muy por delante en las discusiones energéticas.
La FranceAfrique, realista ella, se ha asociado al imperio que cae frente al ascenso imparable del nuevo imperio que está comprando Africa a golpe de talonario y en cash.
Yo creo que es un gran error mantener la OTAN, Europa necesita vertebrarse como potencia militar independiente, manteniendo relaciones fluidas con Rusia que está muy cerca y es parter económico igual de importante que los USA en un futuro cercano, pero esos tira y afloja de los Ingleses cuya bolsa descansa en el poderío militar Norteamericano y los nuevos socios salidos de la bota comunista y por lo tanto temerosos de su historia y amigos fáciles de los USA no hacen muy viable el eje Franco-Alemán como nucleo de una Europa solida.
El futuro es apasionante eso si es cierto
....pues que quieren que le diga,este año,no se si por que hay mas produccion o por miedo a una nueva huelga de trasnportistas,esto comiendo,unas cerezas(procedentes de Zaragoza),unas brevas y unas picotas(del Jerte)mas sabrosos y baratas que el año pasado.
En cuanto al Sarko,creo se ha pasado varios pueblos con su critica a Mendelson;especialmente cuando se sabe que una de ls formas de poder ayudar a los paises pobres es reducciendo las subvenciones al campo europeo.....pero tambien al yankee...
estoy contentisimo con la liberacion de la Sra Bentancourt,hasta le daremos el Premio P. de Asturias,se lo merece.Se le acabo el protagonismo a nuestro amigo Chavez,de todas formas le invitaremos a que venga a España en Agosto,somos asi de simpaticos
LB se ha ido, o ha vuelto. El autor del artículo de hoy parece una persona distinta de la que he estado leyendo ultimamente en este blog, incluso en términos puramente lingüísticos. No comparto la dirección en la que quiere llevarnos (la UE del TL a las buenas o a las malas, por la vía ancha o por la estrecha), pero estamos en otro plano distinto al que nos había acostumbrado ultimamente. No sé si la aparición de "Enrique" ha tenido algo que ver pero podría ser: no puede ser que el artículo esté por debajo del nivel del comentario. En cualquier caso, bienvenido sea el cambio.
La chiraquización de Sarkozy es un análisis sarkozydado (old habits die hard) del impasse en que se encuentra la UE according to Lisbon. Pero no se sale de un impasse como sugiere el artículo: empecinándose en mantenerse en sus trece (en este caso en sus "Quince"). El eje francoalemán es el que históricamente ha dividido Europa, no el que la ha vertebrado y, en cualquier caso, estamos en el siglo XXI, la era en la que se extinguirán los organismos vertebrados, aplastados bajo el peso de sus artrósicos esqueletos.
Europa, el mundo, nuestro mundo, sólo se salvará si es capaz de entender que no se trata de construir la Europa de los 15 ni la de los 27, sino de entender que se trata de construir la Europa de los cientos de millones de organismos unipersonales que la componen. Y que tampoco ellos pueden sobrevivir si no construyen el planeta de los miles de millones de seres que dependemos más que nunca cada uno de cada otro y así hasta el infinito. Nuestros políticos son ya fósiles y no lo saben. Son incapaces de ver la realidad aunque la tengan delante cada vez que se conectan a la red.
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