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Olmert no tiene pensado renunciar, según sus asesores

El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, el principal aliado del primer ministro en el Gobierno, le pide que deje el Ejecutivo por el caso de los sobornos

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, no tiene pensado renunciar. Así lo afirma uno de sus asesores, después de que esta mañana su principal aliado, el ministro de Defensa, Ehud Barack, le pidiera que se retirara del Ejecutivo, debido al caso de los sobornos en el que estaría implicado. "El primer ministro no está considerando renunciar, ni tomarse una excedencia, ni cualquiera de las otras sugerencias presentadas en esa conferencia de prensa", ha dicho el asesor Tal Silberstein, a Channel 10 de televisión, en relación a la aparición de Barack ante los periodistas.

"Puedo decirles que la conferencia de prensa no cambia nada", ha agregado Silberstein, un asesor estratégico de Olmert, quien está en contacto regular con el primer ministro. Otro consejero de Olmert no identificado citado por el diario Yediot Ahronot en su edición electrónica, también se pronunció en la misma línea. "Los ciudadanos de Israel a menudo escuchan los sinsentidos de Ehud Barak, lo que equivale a nada". "El primer ministro es fuerte y capeará esta tormenta también", ha dicho, subrayando que "Olmert sigue dirigiendo el país y cree que será capaz de demostrar su inocencia"

"No creo que el primer ministro pueda acometer sus funciones mientras pesan sobre él las actuales sospechas", ha dicho Barak en la rueda de prensa en alusión a la investigación que se lleva a cabo contra Olmert por un caso de corrupción. El titular de Defensa, líder del Partido Laborista, ha señalado además que "Olmert tiene que desconectarse de la dirección diaria del Gobierno" al entender que, en esas circunstancias, no puede hacer frente a los actuales retos que Israel tiene por delante, como los procesos de paz con los palestinos, Siria y los milicianos libaneses de Hezbolá.

El ministro de Defensa ha dejado a elección al jefe del Ejecutivo el método para apartarse de las gestiones de gobierno, pero ha recalcado que Olmert debe apartarse de sus funciones por "el bien del Estado".

Barak, importante aliado en la coalición de Gobierno de Olmert, tenía previsto emitir un comunicado pero finalmente ha comparecido ante los medios de comunicación después de que el empresario estadounidense Morris Talansky testificara ayer que entregó a Olmert sobres con dinero, incluidos préstamos personales que nunca fueron devueltos.

Talansky declaró ayer ante el Tribunal de Distrito de Jerusalén que había entregado 150.000 dólares a Olmert a lo largo de 15 años, y calificó al primer ministro como "un hombre que puede lograr mucho" por Israel y que merece su apoyo. Tanto Olmert como Talansky negaron cualquier acción ilegal en el caso, que ha generado interrogantes sobre la supervivencia política del primer ministro en un momento en que lidera las conversaciones de paz con los palestinos y mantiene un diálogo indirecto para llegar a una posible paz con Siria.

Olmert, de 62 años, ha asegurado que renunciará si es acusado, pero el fiscal general de Israel, Moshe Lador, manifestó que es demasiado pronto para decir si se hará alguna acusación y que la decisión se tomará sólo después de que se complete la investigación policial.

Acuerdos en peligro

La dimisión de Olmert frenaría los cuatro procesos que el Estado judío desarrolla con sus vecinos árabes, que se reanudarían si el sustituto del primer ministro fuera de su mismo partido centrista Kadima, pero que podrían interrumpirse definitivamente en caso de que el cese condujera a la convocatoria de elecciones. El cauce de diálogo que resultaría más afectado sería el más antiguo y el único directo: el que Israel abrió con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en la conferencia celebrada el pasado diciembre en Annapolis bajo los auspicios de Estados Unidos.

También podrían truncarse los incipientes contactos de Israel con Siria a través de Turquía, que acaban de iniciarse. Lo que hay sobre esa mesa de negociación es la devolución por Israel a Siria de la meseta del Golán, a cambio de que Damasco rompa su alianza con Irán y suspenda su apoyo al movimiento islamista palestino Hamás (suní) y a la milicia chií libanesa Hizbulá.

Estos dos últimos grupos integran junto a Siria el "núcleo duro" de rechazo al Estado Judío en el mundo árabe y constituyen los otros dos interlocutores de Israel en transacciones que, como con el régimen de Damasco, se producen a través de intermediarios. Egipto presta sus oficios para establecer una tregua entre Israel y Hamás en Gaza, en tanto que Alemania media para que el Estado Judío y Hizbulá alcancen un acuerdo de intercambio de prisioneros.

Pese a que se trata de procesos de menor calado político -en la medida en que no está juego una paz definitiva sino un compromiso temporal sobre asuntos específicos-, el éxito en las negociaciones con Hamás y Hizbulá facilitaría el entendimiento con la ANP y Siria.

Las cuatro negociaciones responden a iniciativas de Olmert y solo tendrían continuidad si -en caso de que dimita el primer ministro-, le reemplaza la titular de Exteriores y número dos de su partido, Tzipi Livni, también ferviente defensora del diálogo.

Esa es la puerta que ha dejado entreabierta Barak, al advertir que "Kadima debe buscar sustituto" a Olmert, ante las graves sospechas de corrupción que pesan sobre el jefe de Gobierno.

El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, comparece ante los periodistas en Jerusalén.
El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, comparece ante los periodistas en Jerusalén.AP

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