Dimite el ministro de Exteriores canadiense
Barnier abandona el cargo tras descubrirse que dejó documentos secretos en casa de una amante relacionada con los Ángeles del Infierno
El ministro de Asuntos Exteriores canadiense, Maxime Barnier, ha dimitido tras reconocer que dejó documentos clasificados en "lugares poco seguros", según ha explicado el primer ministro, Stephen Harper.
El jefe del Gobierno ha aclarado en una rueda de prensa extraordinaria que ha aceptado la dimisión de Barnier porque éste había quebrantado su promesa de proteger cualquier documento secreto, y no por su relación con Julie Couillard, vinculada con los Ángeles del Infierno. "El ministro ha reconocido él mismo su error y ha ofrecido su dimisión", ha explicado Harper. Ha añadido que la relación con Couillard, finalizada recientemente, es un asunto privado y no supone una amenaza para la seguridad del Estado. Una fuente ha explicado a Canadian Press que el ya ex ministro se había dejado un documento extremadamente delicado en casa de su novia.
El diario de Montreal Le Devoir ha informado hoy de que Coulliard no sólo habría mantenido realciones con el mundo criminal de los moteros, sino que además dirige una empresa de alta tecnología, Solutions Global, relacionada con la seguridad en aeropuertos. La mujer figura como presidente, secretario y tesorero de la empresa creada en febrero de 2005 en el registro mercantil canadiense. Una fuente del diario desvela que la ex novia de Barnier recibió en 2005 documentos relacionados con la seguridad en aeropuertos, poco antes de conocer al ex ministro.
Poco después del anuncio de su dimisión, Coulliard aparecía en un canal de televisión en lengua francesa, el TVA, explicando lo poco cuidadoso que su ex amante era con los documentos oficiales.
Barnier, ministro desde agosto pasado, había sido criticado por varias meteduras de pata desde el inicio de su gestión. Una de ellas ocurrió cuando el pasado abril sugirió que el presidente afgano, Hamid Karzai, debería reemplazar al gobernador de la provincia afgana de Kandahar, donde Canadá mantiene 2.500 soldados. En otra ocasión, sugirió que Canadá enviara a Myanmar un avión de transporte pesado C-17 cargado de helicópteros para ayudar a la pobalción tras el paso del ciclón Nargis. El ejército canadiense no disponía de ese modelo de avión, y tuvo que invertir un millón de dólares en alquilar uno para no hacer quedar mal al ministro, según informa el rotativo canadiense The Star.
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