Un tribunal de Nueva York absuelve a tres policías de matar a un joven negro
Los tres efectivos dispararon hasta 50 veces contra Sean Bell, de 23 años, cuando salía de celebrar su despedida de soltero en noviembre de 2006.- El Departamento de Justicia anuncia que se revisará el caso
Un tribunal de Nueva York ha declarado inocentes a tres policías de la ciudad acusados de matar a disparos a un hombre de raza negra desarmado al salir de una fiesta de despedida de soltero en noviembre de 2006, en un caso que ha generado una fuerte reacción de protesta de la comunidad negra neoyorquina. La decisión también ha provocado la reacción de las autoridades federales, que revisarán el caso y considerarán presentar cargos por violación de los derechos civiles.
El Departamento de Justicia se unirá con fiscales federales en Nueva York asi como con el FBI para hacer una revisión "independiente" de los hechos.
Dos de los oficiales enfrentaban cargos por homicidio y un tercero por riesgo imprudente en la muerte de Sean Bell, de 23 años, quien fue tiroteado hasta 50 veces junto a dos amigos cuando salía de un club nocturno tras celebrar su despedida de soltero.
Los detectives Mike Oliver, Marc Cooper y Gescard Isnora, estos dos últimos de raza negra, prescindieron de su derecho a un juicio con jurado y prefirieron que un juez decidiera si eran culpables o inocentes. Los abogados defensores alegaron que los jurados en el municipio de Queens probablemente estarían predispuestos contra los policías debido a la intensa cobertura mediática que ha generado el caso.
El incidente ha generado acusaciones de racismo y brutalidad policial, por lo que las autoridades se han preparado para potenciales disturbios tras el anuncio del veredicto, que ha despertado gritos de "¡No!" y lágrimas en la sala del tribunal.
El juez del tribunal supremo estatal Arthur Cooperman ha dicho que las acusaciones no podrían probarse más allá de una duda razonable. "Las dudas de descuido e incompetencia deben dejarse a otros foros", ha dicho Cooperman.
El juicio de ocho semanas se enfocó en si los agentes tenían razones para creer que enfrentaban un peligro inminente y si habían dejado en claro a Bell y a los dos supervivientes, Joseph Guzmán y Trent Benefield, de que ellos eran efectivos de policía.
La noche del tiroteo, Isnora, el policía encubierto que disparó primero, siguió a Bell y sus dos amigos al coche del joven negro porque creía que iba a buscar un arma para resolver una disputa en el club. El policía disparó después de ser rozado por el coche. Los otros policías alcanzaron el coche de Bell después de la confrontación inicial y dijeron que creían que Isnora había sido tiroteado desde dentro del vehículo.
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