Brasil impulsará la exportación de barcos a América Latina
Lula detalla incentivos para crear y modernizar astilleros
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó ayer que su Gobierno ha decidido incentivar a la industria naval brasileña no sólo para producir los barcos y las plataformas petrolíferas que necesita, sino también porque el país está en condiciones de exportarlos a Latinoamérica.
"Pusimos en marcha una nueva política de incentivos a la creación de nuevos astilleros y a la modernización de los ya existentes para que podamos tener una industria naval fuerte, no sólo para atender el mercado interno sino también la exportación a países de Latinoamérica", dijo Lula en su programa de radio. "Brasil tiene potencial para eso. Tiene tecnología y, por lo tanto, cuenta con una ventaja comparativa en la disputa mundial por un sector estratégico, como es la producción de plataformas y embarcaciones", agregó el mandatario, que aprovechó su programa semanal de radio para detallar las medidas que el Gobierno ha adoptado para incentivar la industria naval del país.
El presidente visitó la semana pasada en el Estado de Río Grande do Sul las obras para la construcción de un nuevo dique seco, en el que el país pretende construir plataformas marinas que acelerarán la explotación de campos gigantes en el océano Atlántico. Dicho dique, en construcción en un complejo de astilleros en la localidad costera de Río Grande, permitirá armar y reparar en sus dos muelles las estructuras de perforación y producción de petróleo del tamaño de un estadio de fútbol que son ancladas a grandes profundidades en alta mar.
Petrobras, clave
La compañía estatal Petrobras, que explota más del 80% del petróleo del país en aguas profundas y ha descubierto nuevos y gigantescos yacimientos en el océano Atlántico, es la punta de lanza del proyecto brasileño para renovar la industria naval. Además de las plataformas, Petrobras ha encargado en el país 26 nuevos navíos para su flota mercante.
"Se trata del renacimiento de la flota naval", afirmó Lula, quien se quejó de que el país tiene un déficit anual en su balanza comercial de 8.000 millones de dólares por la necesidad de contratar fletes con navíos extranjeros. "No es posible que un país que tiene casi el 95% de sus productos transportados vía transporte marítimo no tenga muchos navíos de bandera brasileña", afirmó.
Según Lula, Brasil llegó a tener en la década de 1970 la segunda flota naval del mundo, pero, por falta de incentivos, los astilleros nacionales fueron quebrando y cerrando, "hasta llegar al año 2000 con apenas 1.000 trabajadores".
El presidente asegura que las plataformas petrolíferas utilizadas por Petrobras cuestan más de 1.000 millones de dólares en el exterior y el país puede ahorrarse entre 50 y 100 millones de dólares si las importa, pero ese ahorro no tiene en cuenta los recursos, los puestos de trabajo y la tecnología generados por la industria naval.
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