Mientras empiezan a caer resultados
Mientras espero los primeros resultados de las elecciones primarias, que hoy se celebran en 24 estados (43 elecciones, de las que 22 son para el partido demócrata y 21 para el republicano), me doy cuenta de que la actualidad norteamericana de las últimas 24 horas ha proporcionado dos noticias como dos cargas de profundidad, que dicen mucho sobre la difícil situación de este país en tantas cosas admirable y explican asimismo la pasión política que están levantando estas elecciones. La primera es la presentación por parte del presidente de un presupuesto mareante para 2009, que alcanza la cifra de 3’1 billones de dólares: trece cifras, con un nuevo aumento del déficit público, que será de 410.000 millones de dólares en 2008 y se calcula de 407.000 en 2009, y seguro que se queda corto. La segunda es el reconocimiento, por parte del general Michael Hayden, ante el comité de Inteligencia del Senado, del uso de la tortura, concretamente el waterboarding, por parte de la organización que dirige, la CIA.
El legado de Bush queda muy bien reflejado en estas dos noticias. Heredó de Bill Clinton un superávit público que utilizó para recortar impuestos, práctica en la que no le frenó ni el creciente déficit ni los costes también desatados de la guerra de Irak. El presupuesto de Defensa ha aumentado un 30 por ciento desde la llegada de Bush a la presidencia y es el mayor de la historia de Estados Unidos desde la II Guerra Mundial, según un editorial de The New York Times. Este periódico señala, como uno de los pocos aspectos positivos de este presupuesto, la creación de 1.100 puestos de diplomáticos: El próximo presidente los necesitará, dice el editorialista. Bush no se olvida de proponer nuevos recortes de programas de asistencia médica, que afectan a los ancianos, a los disminuidos y a los pobres.
El reconocimiento de que la CIA ha practicado la tortura como mínimo con tres terroristas de Al Qaeda tendrá consecuencias judiciales, según se han apresurado a observar desde las ongs de derechos humanos. No hay que olvidar que en el bando republicano, el candidato mejor situado, probablemente le vencedor de esta noche, se ha opuesto enérgicamente a estas prácticas. La técnica utilizada es el llamado waterboarding, que consiste en echar agua sobre el rostro del torturado para crear una angustiante sensación de ahogo. Estas elecciones nos indican claramente que el próximo presidente será alguien que hará honor a la mejor tradición americana de defensa de los derechos humanos. Y que no encargará a sus equipos de consejeros jurídicos la invención de trucos jurídicos para sortear las garantías constitucionales que protegen a todos los detenidos.
Termino estas notas y sigo esperando resultados sustanciales. De momento, Micke Hukcabee gana en West Viriginia. Y Obama en Georgia. Este último resultado estaba previsto. No lo estaba el primero: en West Virginia los republicanos han celebrado su congreso, con una primera votación en la que Mitt Romney quedaba en cabeza y una segunda y definitiva en la que los delegados partidarios de McCain han votado a Huckabee para evitar que ganara Romney, su auténtico rival. El vencedor se lleva todos los delegados, de forma que McCain prefería que se los llevara el candidato religioso que no tiene posibilidad alguna. Está claro que Huckabee es el submarino de McCain, y que el demócrata John Edwards, que se retiró antes del supermartes, no ha querido jugar de submarino de nadie, ni de Hillary ni de Obama. Y que espera al resultado de esta noche para ver por quién se decanta.
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