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Un afgano entrega a dos de sus hijos a los talibanes para vengar la muerte de un tercero

El hijo de Zemarai murió de un disparo efectuado por soldados británicos en un control.- Sus dos hijos se convertirán en terroristas suicidas

Un padre afgano ha entregado a dos de sus hijos a los talibanes para que se conviertan en suicidas en venganza por la muerte de uno de sus siete hijos, de 11 años, por soldados de la OTAN, pese a que antes del trágico suceso apoyaba a las tropas extranjeras.

Era el segundo de los tres días de la festividad del Naw Roz, el año nuevo afgano, cuando Zemarai regresaba a casa tras visitar a un familiar junto a seis de sus siete hijos. Mientras conducía, Zemarai vio un convoy de la OTAN detenido en la calle, y pisó el freno, pero una bala atravesó una de las ventanillas de su coche y alcanzó en la cabeza a su hijo Zaryalai.

"Estaba conmocionado. Levanté el cuerpo inmóvil de mi hijo y salí del coche, caminando hacia los militares que habían disparado, llorando y gritándoles que me mataran a mí también", explicó Zamarai.

Según su versión , los soldados se dieron cuenta de que habían atacado a un civil inocente pero el cadáver de su hijo permaneció allí durante dos horas, mientras las tropas acordonaban el área. Cuando un equipo de la Policía afgana llegó al lugar, los agentes metieron el cuerpo del joven en su vehículo y lo llevaron a su casa.

"Quizá, si alguien hubiera llegado antes para llevarlo al hospital, lo podrían haber salvado", se queja el padre.

1.700 euros, pero sin pedir perdón

Un comunicado de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), bajo mando de la OTAN, explicó que tropas británicas habían acordonado la zona alrededor de su convoy, que se había tenido que detener a causa de un fallo técnico.

Pese a varias "advertencias verbales", según la nota, el coche de Zemarai continuó acercándose al convoy, lo que obligó a los militares a abrir fuego contra sus ocupantes.

Posteriormente, ISAF calificó de "trágico" lo ocurrido, y Zemarai fue llamado al cuartel general del mando militar, el pasado julio, donde le entregaron una carta en la cual le ofrecían 1.700 euros como compensación por la muerte de su hijo.

"El Ministerio británico de Defensa ha concluido su investigación acerca de la muerte de su hijo Zaryalai. Se ha decidido que el Ministerio no tiene ninguna responsabilidad. Sin embargo, como excepción, estamos dispuestos a ofrecerle 2.500 dólares", reza la misiva.

Apoyo a los talibanes

"Afganistán tiene una tradición llamada 'nanawate', según la cual, si alguien comete un delito contra una persona, pero luego se arrepiente y pide disculpas a él o a su familia, están obligados a perdonar la falta", explica a Efe un lugareño pastún de la provincia sureña de Logar, Naweed Ahmad.

"Si los soldados se hubieron disculpado, tal y como deberían haber hecho, probablemente el padre no habría reaccionado así", señaló Ahmad, quien recordó que los talibanes acostumbran a aprovecharse de casos así para reclutar civiles afganos.

Zemarai se reunió con algunos miembros de la insurgencia talibán unas semanas después, en la provincia occidental de Herat, y los rebeldes le ofrecieron un pago mensual por unirse a la lucha armada contra el Gobierno afgano. El padre, además, ofreció a dos de sus hijos para que sean entrenados como hombres suicida.

"Los enviaré durante este invierno", dice el padre. Casos como el de Zemarai, que formaba parte de la Alianza del Norte que luchó contra los talibanes en la década de 1990, son frecuentes en el país.

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