Las autoridades de Bangladesh llegan a todas las áreas afectadas por el ciclón
La escasa ayuda y las epidemias se han convertido ahora en la principal preocupación de los equipos de rescate
Cinco días después de que el ciclón Sidr desatara su furia en la empobrecida Bangladesh, y dejara a su paso casi 3.500 muertos, los militares y los equipos de rescate han logrado llegar a las áreas más alejadas y devastadas por la tormenta. Miles de soldados y personal de socorro se han desplazado a lo largo de la Bahía de Bengala en busca de sobrevivientes a quienes entregar la escasa ayuda, al tiempo que luchan por controlar la propagación de epidemias.
Las autoridades han utilizado helicópteros, aviones y barcos para llegar a las zonas y se han encontrado con un panorama desolador de viviendas destruidas y miles de personas necesitadas de ayuda urgente.
"Cientos de manos se alzan para tratar de agarrar un solo paquete de comida. Esto es una locura pero es la trágica realidad a lo largo de toda la costa azotada por el ciclón", ha dicho un miembro de un equipo de rescate en el distrito de Patuakhali. Sidr ha sido el peor desastre que ha asolado a este país surasiático desde 1991, cuando otro ciclón dejó cerca de 143.000 muertos.
"Se necesitan con urgencia comida, ropa y refugios para los sobrevivientes, que se muestran resistentes y están tratando de comenzar una nueva vida", ha dicho Louis-Georges Arsenault, del UNICEF, después visitar algunas de las zonas más devastadas.
El gobierno interino militar ha dicho que los suministros aumentarán en las próximas semanas, una vez que se haga efectiva la auyda de 142 millones de dólares (96 millones de euros) prometidos por donantes internacionales y el rey de Arabia Saudí.
Las autoridades de las áreas afectadas, habitadas principalmente por pescadores y agricultores, han informado que la escasez de agua potable y medicinas está desatando epidemias de diarrea en muchos lugares.
Miembros de la Armada y del servicio costero han comenzado a trabajar en la reconstrucción de las vividenas y los soldados están ayudando a remover escombros y árboles derribados por la fuerza del viento, han informado fuentes de defensa. Los niños en algunas zonas han empezado a regresar a clases pero en muchos casos se realizan al aire libre porque decenas de escuelas han quedado totalmente destruidas.
En tanto, los ecologistas han advertido de que una parte de los 6.000 kilómetros cuadrados de Sundarbans, bosques de manglares considerados patrimonio mundial y hogar de más de 400 tigres de Bengala Real, ha quedado seriamente dañada.
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