30 años después de los jemeres rojos
Una de las supervivientes de la gran matanza camboyana hace público su testimonio
Fueron sólo dos semanas. Tiempo suficiente para identificar a sus captores y testificar en contra. Las torturas agudizan el recuerdo. Sobre todo cuándo eres uno de los tres únicos supervivientes de una matanza. La mayor de la historia de Camboya. Chim Math ha esperado casi 30 años para relatar la suya. Costó decidirse. Había visto escenas demasiado desgarradoras para describirlas. Su acento provinciano la mantuvo con vida y ahora le permitirá acusar a quien le conmocionó compartir su origen. Kang Kech Ieu, alias Duch, director del mayor centro de detención y torturas del régimen del Jemer Rojo en Camboya (1975-1979), nunca rellenó el espacio en blanco con la leyenda "fecha de muerte" que aparece al pie del carné de Sleng. Eran paisanos de Kampong Thom.
Una de las supervivientes femeninas de Tuol Sleng, el mayor centro de detención y torturas del régimen del Jemer Rojo en Camboya, rompió hoy su silencio y ofreció un dramático testimonio que será vital en el juicio contra sus ex líderes.
Casi tres décadas después de vivir el horror en manos de sus verdugos, Chim Math, de 49 años, relató en una rueda de prensa su paso por aquella escuela pública de la capital, Phnom Penh, que el Jemer Rojo convertió en su principal matadero de personas. "Antes tenía miedo, pero mi familia me pidió que saliera para testificar en el juicio contra los ex líderes del Jemer Rojo", dijo.
Math es la única mujer de las ocho personas de las que se sabe pudieron salir con vida de la cárcel secreta creada por la cúpula del régimen y su líder, Pol Pot, que era conocida como "S-21" en los documentos oficiales encontrados tras el genocidio.
Hasta hace poco, los investigadores creían que sólo sobrevivieron tres hombres sobrevivieron a las penalidades del cautiverio en Tuol Sleng.
El testimonio de Math será vital en el juicio auspiciado por la ONU, cuyo acusado estrella será presumiblemente el ex director de la prisión Kang Kech Ieu, alias Duch, detenido en espera de la orden de procesamiento de las Cámaras Extraordinarias en los Tribunales de Camboya, órgano que supervisará todo el proceso.
Math afirmó que aunque Duch no se dirigió nunca directamente a ella, presenció los interrogatorios en los que fue torturada para que confesara su pertenencia a una red de espionaje extranjera, una obsesión generalizada en las filas del Jemer Rojo.
El Centro de Documentación de Camboya confirmó que los documentos recuperados de Toul Sleng muestran que Math estuvo allí unas dos semanas, pese a que lo negó la primera vez que los investigadores se pusieron en contacto con ella, quizás por miedo a represalias.
Silencio de muerte
La ex prisionera mantuvo en secreto su historia porque consideró que había visto escenas tan horrorosas que no podían ser descritas. "No se lo conté a nadie después de tantos años. Ni siquiera a mi marido, era demasiado doloroso", comentó mientras contemplaba la fotografía tomada por sus captores entre las más de mil que prueban la carnicería que tuvo lugar en la famosa cárcel entre 1975 y 1979.
"A través de agujeros en la pared de mi celda veía las torturas y cómo se deshacían de los cuerpos como si fueran basura. Jamás olvidaré el olor de los excrementos de los cerdos mezclado con la sangre humana", manifestó.
Math fue detenida el 10 de octubre de 1978, cuando dos guardias descubrieron entre sus pertenencias una fotografía de su padre con un uniforme policial de la época de Lon Nol -el jefe del Gobierno camboyano anterior al Jemer Rojo- cuando el comandante jemer Ta Mok, El Carnicero, lideraba las purgas ideológicas en el sureste.
La superviviente permaneció dos semanas en Tuol Sleng y después fue trasladada a la cárcel de Prey Sar, de la que escapó para huir a las montañas de Kampong Speu poco antes de que las tropas de Vietnam invadieran Camboya y entraran victoriosas en la capital el 7 de enero de 1979.
La mujer explicó que en Tuol Sleng se salvó gracias a haber nacido en el distrito de Stoeung en Kampong Thom, lugar de origen del entonces jefe de la S-21, quien durante los interrogatorioS distinguió su acento provinciano.
Math mostró una copia del documento del Jemer Rojo que atestigua que se unió al movimiento en 1974, con 16 años, y en el mismo papel, encima de su foto, se encuentra el sello que da fe de su paso por la S-21, mientras al final de la página hay un espacio en blanco con la leyenda "fecha de muerte".
El testimonio de Math "es un avance impresionante", indicó a Efe el historiador estadounidense David Chandler, asesor del Centro parael Estudio del Genocidio de Camboya, autor del libro Voices from S-21 y una autoridad en el estudio del régimen del Jemer Rojo.
Genocidio
Según Chandler, las declaraciones de una superviviente ofrecen a los investigadores la oportunidad de entender mejor el trato que recibieron las presas, pues de los testimonios que se conservan, sólo un 6,4 por ciento son de mujeres.
Cerca de dos millones de camboyanos murieron a causa de las torturas, enfermedades, ejecuciones, trabajos forzosos y de hambre en los cuatro años que se mantuvo en el poder el Jemer Rojo, que enterró en fosas comunes a la mayoría de sus víctimas.
Hace un mes, los magistrados aprobaron el reglamento interno que permitirá que arranque la última fase del largo proceso emprendido por la ONU para enjuiciar por genocidio y crímenes contra la Humanidad a los pocos supervivientes de la cúpula del régimen, pues Pol Pot falleció en 1998 y Ta Mok murió en julio del año pasado.
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