Veltroni salta al ruedo
Con Brown que llega, Blair que se va y Rato que regresa, mientras Merkel brilla y Sarkozy caracolea triunfante, estábamos olvidándonos esta semana de otra gran figura del toreo europeo en su paseíllo: Walter Veltroni, el alcalde Roma y dirigente de los Demócratas de Izquierdas (el ex PCI), que ha lanzado su candidatura a encabezar el Partido Demócrata y en consecuencia a suceder a Romano Prodi como presidente del Consejo en el momento oportuno. El corresponsal de El País en Roma, Enric González, sintetizaba así el acontecimiento: “El alcalde de Roma anunció ayer su candidatura a dirigir un partido que aún no existe. La noticia parece poca cosa. Pero en realidad, podría ser cuestión de vida o muerte para el sistema político italiano”. Veltroni, con 53 años, también parece acomodarse al nuevo prototipo político que está emergiendo en Europa, y del que quizás Sarkozy es el modelo más vistoso y alborotador. Todos tienen algo en común, vengan desde la izquierda o desde la derecha. La seguridad, los valores, el orden, un cierto sentido de ruptura con la inercia del pasado, también un empeño por formar nuevas y amplias mayorías transversales, y un cierto un aire a la americana son cosas que están en el primer plano de sus actitudes y propuestas.
En el caso italiano, a diferencia de Alemania con su gran coalición, de Francia con la renovación sarkozista de su neogaullismo chiraquiano, o del Reino Unido, donde el New Labour ya es una herencia que se transmite, el Partido Democrático es todavía una entelequia en construcción, un proyecto, basado en una realidad, todavía muy débil, como es la amplia y variada coalición que sustenta de forma frágil y ajustada a Romano Prodi. El 14 de octubre celebrará sus primarias, de donde saldrá el secretario general y candidato a suceder al actual presidente del Consejo. Las encuestas sitúan a Veltroni en cabeza de todos los sondeos, con gran diferencia, en relación a los otros candidatos. Su presencia en cabeza de las listas significaría un plus para el futuro Partido Democrático que puede alcanzar hasta 15 puntos según las valoraciones más optimistas. Actualmente el PD está en 25 puntos en las encuestas y con Veltroni al frente podría llegar hasta el 35 e incluso el 40, lo que le situaría en perfectas condiciones para batir a la derecha.
Si la izquierda italiana desemboca finalmente en un partido como éste, con primarias incluidas, Italia será el primer país europeo que organiza su vida política a la americana con dos grandes culturas políticas pensadas para enfrentarse electoralmente, y basta. Quien más ha defendido esta idea en España, desde posiciones un tanto exóticas, es Pasqual Maragall, uno de nuestros políticos más norteamericanos, hasta el punto de que asegura que quiere apuntarse a la nueva formación en su versión europea. Veltroni ni siquiera desarrolló el miércoles, en su discurso de lanzamiento de la candidatura, la cuestión de la proyección europea del PD. Lo que le preocupa ahora es ganarse a los electores italianos, y para ello se centró en los problemas más próximos, que son la vivienda y el trabajo estable para los jóvenes, la defensa de la laicidad del Estado y de la llamada Dico (la legislación equivalente a nuestras parejas de hecho, abarcando también las parejas del mismo sexo: significa concretamente “derechos y deberes de las personas que conviven de forma estable”), la reforma del sistema parlamentario (quiere rebajar el número de diputados e incluso eliminar el senado), el aligeramiento de la fiscalidad y la lucha contra el fraude fiscal (“pagar menos y que paguen todos” es su consigna) o el combate por la seguridad con el despliegue de más policías en las ciudades y con una mayor severidad judicial.
Para terminar, un par de consignas muy definitorias del nuevo talante que está empezando a irrumpir en la política italiana y europea. “Basta ya de alternancias entendidas como un modelo por el cual un Gobierno cancela todo lo que ha hecho el Gobierno que le ha precedido”. “ La seguridad no es de derechas ni de izquierdas”. Veltroni ha cosechado una buena reacción del público: un 72 por ciento del electorado encuentra compartibles sus propuestas e ideas, que se convierte en el 64 por ciento tratándose del centroderecha, según una encuesta rápida que recoge Repubblica de ayer. A Berlusconi le ha sentado fatal: cree que no hay novedad alguna y que le ha copiado algunos temas. Al presidente de la patronal italiana Confindustria, Luca Cordero de Montezemolo, le ha parecido de maravilla: “Me ha producido un gran placer escuchar a Veltroni hablar de riesgo, de mérito, de escuela y de innovación”.
Gustará o no todo lo que está sucediendo con la izquierda europea, pero esto es lo que hay. Quien no quiera sarkozys tendrá que inventarse veltronis, y quien prefiera distanciarse de todo esto tendrá sarkozys seguro si es que no se encuentra al final con kascinskis.
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