Radicales revientan una marcha pacífica contra la cumbre del G 8 en Rostock
Al menos 146 policías han resultado heridos, 18 de ellos graves, por el lanzamiento de piedras y 'cócteles molotov'
Alrededor de 25.000 activistas antiglobalización han marchado hoy por las calles de la ciudad portuaria de Rostock, en el noreste de Alemania, para reclamar a las potencias del G 8 -que se reunirán la próxima semana en Heiligendamm- medidas contra el cambio climático y la pobreza, según han informado fuentes policiales. Entre los manifestantes se encontraban cerca de medio millar de jóvenes violentos que, al término de la protesta, han lanzado piedras y cócteles molotov contra la policía, que ha respondido cercando al grupo y lanzando gas irritante. Como consecuencia de los enfrentamientos, al menos 146 agentes han resultado heridos, y 18 de ellos se encuentran en estado grave, según un portavoz de la policía. Diecisiete personas han sido detenidas. Todavía se desconoce el número de manifestantes heridos.
Una de las organizaciones convocantes de la manifestación emplazó a los radicales a alejarse de la policía y, a cambio, pidió a las fuerzas del orden que hicieran lo mismo, lo que ayudó a que la situación se tranquilizara. Salvo este incidente, la protesta ha transcurrido pacíficamente, caracterizada por un ambiente festivo y musical gracias al redoble de tambores, los pitidos y la música electrónica y de protesta que se escuchaba a través de altavoces. El público lo conformaban, entre otros, anarquistas, comunistas, ecologistas, homosexuales, feministas, grupos pro Palestina o en favor de la Iglesia de la Liberación.
Para algunos portavoces de la organización del acto ha sido la masiva presencia policial, acompañada del ensordecedor sobrevolar de los helicópteros, el detonante de la violencia. La música de grupos como Rage against the machine o Wir sind Helden, así como las proclamas finales de Attac o Greenpeace, entre otros, ha quedado enmudecida por el sobrevolar constante de un helicóptero de la policía que terminó por ubicarse sobre el escenario de los discursos. Desde el podio los organizadores pedían una y otra vez la calma, a la vez que acusaban a la policía de ser la provocadora de los disturbios.
Según los organizadores, la marcha, con el lema Otro mundo es posible, ha sido secundada por cerca de 100.000 personas, aunque la policía rebaja la cifra a unas 25.000. La primera gran manifestación contra el encuentro de los jefes de Estado y de Gobierno de los siete países más industrializados del mundo más Rusia ha sido convocada por unas 300 asociaciones antiglobalización, que buscan presionar así al G 8 para que tome medidas contra el cambio climático, la energía nuclear y la pobreza en África.
Rostock reunirá durante la próxima semana a las grandes figuras de la oposición intelectual a la globalización económica, con la celebración de conferencias y conciertos. Destaca el macro-festival previsto para el miércoles con el lema Tu voz contra la pobreza, en el que actuarán, entre otros, el líder de U2, Bono.
Protestas de la extrema derecha
En el lado opuesto, más de un centenar de ultraderechistas han marchado por la emblemática Puerta de Brandeburgo en Berlín, tras el veto de los tribunales a la protesta convocada contra el G 8 en la ciudad de Schwerin, como Rostock, también en el noreste de Alemania. Según ha comunicado la policía, el acto en la capital, no previsto, no pudo ser abortado inmediatamente porque en el momento de producirse no había suficientes agentes en las inmediaciones de la Puerta de Brandeburgo. Una vez llegados los refuerzos, la marcha se disolvió y la policía arrestó a trece personas.
En Postdam, ciudad situada en las cercanías de Berlín, ha habido otra manifestación espontánea de unos 60 neonazis y en Oranienburgo, también en la periferia de la capital, se han congregado unos 80. Todas estas acciones han sido disueltas sin que se produjeran incidentes, de acuerdo con la policía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.