Los obispos mexicanos lanzan una ofensiva contra la despenalización del aborto
Los prelados aseguran que quieren evitar que se establezca "la ley del más fuerte"
El Estado debe defender al "inocente indefenso" frente a la "ley del más fuerte". Ese es el argumento esgrimido por los obispos mexicanos, que hoy han pedido a la sociedad civil del país que se movilice contra la despenalización del aborto que promueve la Asamblea legislativa del Distrito Federal (la capital del país). La polémica entre detractores y partidarios de la medida ha crecido en las últimas semanas y ha llegado a las campañas publicitarias en la televisión.
"Autorizando el aborto, el Estado introduciría el principio que legitima la violencia contra el inocente indefenso y, por tanto, renunciaría a defender el derecho de los más débiles, dejando de ser un Estado de Derecho para convertirse en un Estado de la ley del más fuerte", indica la declaración aprobada. Los prelados se reunieron con el secretario de Gobernación Francisco Ramírez, al término de la 83 Asamblea Plenaria de la Conferencia del Espiscopado Mexicano, celebrada ayer y hoy en Cuautitlán, a unos 50 kilómetros de la capital mexicana.
Integrantes de la Asamblea del Distrito Federal buscan aprobar en los próximos días una reforma legal que despenalice el aborto si la interrupción del embarazo se produce antes de la duodécima semana. La ley actual exime de culpa a los responsables de un aborto en casos de violación, malformación del feto, inseminación artificial no autorizada o si la vida de la madre corre peligro.
"Cultura de la muerte"
Antes, en rueda de prensa, los obispos han dado a conocer una declaración en la que piden a los católicos defender la vida y oponerse a la legalización del aborto. "Como sociedad, estamos dejándonos invadir por modos de pensar y actuar que van configurando una cultura de la muerte", han afirmado los responsables eclesiales, y han señalado que esto ocurre aunque actualmente se insiste en la defensa de los derechos humanos.
Según su discurso, en México, que se caracteriza por la humanidad de su gente, "se escuchan voces en favor de la legalización del aborto, en nombre de una mal entendida libertad y defensa de la mujer". Además, han reiterado que ninguna motivación puede justificar el aborto directamente provocado y que "nadie es propietario de la vida de un ser humano, ni siquiera el padre o la madre".
La vida, insisten los obispos, no es un dogma religioso, sino un principio de derecho natural y el deber de la sociedad es protegerlo adecuadamente. Los religiosos han asegurado además que trabajarán para atender a las jóvenes que no puedan criar a sus hijos para que los den en adopción.
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