Muere a los 88 años el historiador y politólogo francés René Remond
Remond era especialista en movimientos políticos y religiosos franceses
El historiador francés René Remond, especialista de los movimientos políticos y religiosos de la Francia contemporánea, a los que dedicó decenas de libros, ha muerto hoy en París a los 88 años, según ha anunciado una colaboradora suya.
Una de las últimas responsabilidades académicas que había ejercido Remond, conocido en particular por su libro La Derecha en Francia (1954) -convertido en un clásico-, fue la presidencia de la Fundación Nacional de Ciencia Política, que desempeñó desde 1981 hasta el pasado mes de enero.
Nacido el 30 de septiembre de 1918 en el departamento de Jura (este de Francia), Remond estudió en la elitista Escuela Normal Superior y se especializó en Historia, una asignatura que enseñó en el instituto de Ciencias Políticas de París en 1947, antes de pasar dos años después a la Sorbona. Su carrera académica le llevó por distintas universidades francesas, y llegó a presidir de 1971 a 1976 la de París X-Nanterre, donde siguió dando clases hasta su jubilación, en 1986.
Remond era desde junio de 1988 miembro de la Academia Francesa, donde ocupaba el sillón de uno de los mitos de la historiografía francesa, François Furet, especialista de la Revolución Francesa.
De su obra, formada por una treintena de libros, algunos de los cuales han sido durante años manuales en los estudios de Historia y Ciencia Política, destacan, además de La Derecha en Francia, El anticlericalismo en Francia de 1815 a nuestros días (1976), Atlas histórico de la Francia contemporánea(1966) o Los derechos de hoy (2005).
Los movimientos religiosos en Francia y su influencia en la política ocuparon un lugar destacado en sus estudios, así como la historia estadounidense y algunos temas de actualidad como el laicismo, la caída del Muro de Berlín o la connivencia del colaboracionismo con los nazis y la Iglesia.
La noticia del fallecimiento de Remond ha provocado una oleada de reacciones de reconocimiento de su obra en la clase política, empezando por las más altas autoridades del Estado.
El presidente francés, Jacques Chirac, ha manifestado su "profunda emoción" y su "gran tristeza" por la desaparición de "un gran historiador y pensador, pero también un verdadero hombre honrado, un heredero" de la Ilustración. Chirac se ha mostrado convencido de que, gracias a su labor pedagógica con "generaciones de estudiantes" a los que formó en "el pensamiento crítico y la exigencia intelectual", se permitirá mantener el conocimiento de "los fundamentos políticos e intelectuales de la Francia contemporánea".
El primer ministro, Dominique de Villepin, también ha lamentado la pérdida de un "historiador de excepción que durante 60 años ha dejado su huella en la ciencia histórica francesa", así como a la "gran figura" que en 1945 estuvo en el origen de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas.
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