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Bush reitera que vetará la decisión del Congreso de EE UU de retirar las tropas de Irak

El presidente estadounidense califica de "politiquería" la medida aprobada por la Cámara de Representantes el viernes

El presidente de EE UU, George W. Bush, ha censurado con dureza a la Cámara de Representantes por aprobar el viernes una medida que exige la salida de las tropas de Irak para antes de septiembre de 2008. Durante su acostumbrado discurso radiofónico de los sábados, Bush ha reiterado que vetará cualquier proyecto de ley que interfiera con su estrategia político-militar en Irak.

Bush se ha quejado de que, en vez de aprobar una ley de gastos de guerra "sin ataduras ni demoras", los líderes de la Cámara Baja decidieron "hacer una declaración política". Al pedir que se deje de lado la "politiquería" y se trabaje de forma bipartidista, Bush ha reiterado la advertencia del Pentágono de que las tropas necesitan fondos suplementarios para antes del 15 de abril próximo o de lo contrario "afrontarán interrupciones significativas" en el campo de batalla.

Asimismo, ha insistido en que sólo aceptará un proyecto de ley "sin condiciones, sin restricciones y sin gastos superfluos" que no guardan relación con la financiación de la guerra en Irak. Bush se ha referido, en particular, a los 74 millones de dólares incluidos en la medida para el almacenamiento de cacahuetes o los 25 millones de dólares para los agricultores afectados por la contaminación de cultivos de espinaca.

Votación ajustada

La Cámara de Representantes aprobó, con 218 votos a favor y 212 en contra, un total de 124.000 millones de dólares en gastos suplementarios para las operaciones militares en Irak y Afganistán para el año fiscal en curso. Pero, en un arriesgado cálculo político, los demócratas también incluyeron la exigencia de que las tropas de EEUU se retiren de Irak para antes de septiembre de 2008.

Para los republicanos, la votación del viernes sólo beneficia a los terroristas de Al Qaida. Los demócratas replican que las tropas no deben permanecer de forma indefinida en Irak. Convencida de que tiene de su lado a la opinión pública, la oposición no parece dar su brazo a torcer ante la amenaza del veto.

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El legislador demócrata Paul Hodes (Nuevo Hampshire) dijo en un discurso radiofónico que el plan aprobado el viernes responde a las inquietudes del electorado a favor del cese de la campaña bélica en el país árabe. "Con nuestro voto de esta semana, estamos ayudando a nuestras tropas, protegiendo a nuestros veteranos y luchando para poner fin al derroche (de fondos), fraude y abuso", dijo Hodes, al remachar que, en el cuarto aniversario de la invasión, la política de Bush en Irak ha sido un fracaso. Por ello, los demócratas "insisten en un nuevo rumbo para Irak y un plan realista que exige que los iraquíes se responsabilicen por su país", explicó.

Al iniciar el quinto año de la ocupación estadounidense, "Irak permanece en caos y el Gobierno iraquí no ha logrado tomar control del país", señaló Hodes, quien ganó el escaño en los comicios de noviembre pasado por su oposición a una escalada del conflicto.

La votación de la medida reflejó la discordia entre demócratas y republicanos sobre el rumbo de la guerra en Irak y qué hacer para atajar la violencia sectaria, minimizar los daños a los intereses de EE UU y, sobre todo, mejorar su mancillada imagen en la arena internacional.

Posiciones encontradas

Los demócratas recuperaron el control del Congreso en noviembre pasado gracias al descontento popular por la guerra en Irak, que se ha cobrado la vida de más de 3.200 soldados estadounidenses y decenas de miles de iraquíes. "Una retirada supone riesgos, incluso el peligro de que empeore la guerra civil en Irak o se propague más allá de sus fronteras, pero la alternativa -un compromiso indefinido que debilita la seguridad de EE UU- es peor", ha dicho Christopher Preble, analista del conservador Instituto Cato.

Se prevé que el Senado debata su propia versión de la medida a partir del lunes próximo, aunque ésta propone el repliegue de las tropas para antes de abril de 2008. En el caso de que ambas cámaras del Congreso fijen en un texto final una fecha de salida de las tropas -algo poco probable, según observadores-, éstas necesitarán la aprobación de dos tercios para superar un veto presidencial.

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