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Un preso de Guantánamo confiesa haber planeado el ataque al buque 'USS Cole'

El Ejército de EE UU comenzó hace una semana y media vistas para determinar el estatus de los 14 presuntos terroristas trasladados el año pasado desde prisiones clandestinas de la CIA en el extranjero a la base naval en Cuba

Waled Mohammed Bin Attash, detenido en Guantánamo por terrorismo, se ha responsabilizado del ataque contra el buque de guerra USS Cole y de participar en los atentados a las embajadas de EE UU en Kenia y Tanzania, ha informado hoy el Pentágono. Preguntado sobre el atentado contra el USS Cole en Yemen, en el que el 12 de octubre de 2000 murieron 17 soldados y 37 resultaron heridos, Bin Attash ha declarado haber participado en la compra de los explosivos.

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La confesión se produjo en una audiencia realizada en esa base estadounidense en el sudeste de Cuba, a la que no se permitió el acceso a la prensa o al público, y de la cual el Departamento de Defensa de EEUU divulgó hoy una transcripción.

"Ideé el plan para la operación un año y medio antes de que se realizara", ha dicho Bin Attash en la audiencia ante una junta militar, el pasado día 12, según el documento divulgado hoy. El presunto miembro de la red terrorista Al Qaeda ha dicho que él compró el bote que se cargó con explosivos y que agentes suicidas hicieron estallar contra el casco del "USS Cole", y también reclutó a los hombres que participaron en el ataque.

El pasado 14 de marzo, el Pentágono hizo público el testimonio de otro supuesto terrorista, Jalid Sheij Mohamed, detenido en Guantánamo, que dijo ser "responsable de la operación del 11-S de la A a la Z". Jalid Sheij también confesó haber sido el autor de la muerte del periodista Daniel Pearl: "Yo decapité con mi sagrada mano derecha la cabeza del judío norteamericano Daniel Pearl". Los comentarios del supuesto terrorista están incluidos en las 26 páginas que el Pentágono quido hacer público, pero que incluye segmentos tachados y no accesibles al público por ser considerados clasificados por el Gobierno.

El Ejército de EE UU comenzó a llevar a cabo vistas como las de Bin Attash y Jalid Sheij hace una semana y media viernes para aclarar el futuro de los 14 presuntos terroristas trasladados el año pasado desde prisiones clandestinas de los servicios secretos en el extranjero a Guantánamo. Las declaraciones son a puerta cerrada y ante una especie de tribunal presidido por tres militares, sin las garantías procesales habituales en un juicio; es el Pentágono el que decide qué parte de las transcripciones del proceso comunica a la prensa y qué parte no.

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