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El Ulster elige a su nuevo Gobierno por primera vez sin la sombra del IRA

El nuevo Ejecutivo debe funcionar de forma plena el 26 de marzo. Si no hay acuerdo Londres suspendería de forma definitiva la autonomía de Irlanda del Norte

Por primera vez en su historia, Irlanda del Norte acude hoy a las urnas para elegir la composición de la futura Asamblea autónoma sin la sombra de las armas del Ejército Republicano Irlandés (IRA). Aunque la restauración de la autonomía no es algo seguro, tanto el Gobierno británico como el irlandés quieren que los ciudadanos voten para que pueda haber una nueva Asamblea. El anterior Ejecutivo fue suspendido en octubre del año 2002, cuando el Ejército Republicano Irlandés (IRA) fue acusado de espionaje en la sede del Gobierno de Stormont. Desde entonces los asuntos norirlandeses son controlados desde Londres y no de forma autónoma.

Los colegios y centros electorales de Irlanda del Norte han abierto sus puertas a las siete de la mañana (08.00 hora peninsular española); poco más de un millón de personas están llamadas a las urnas en unos comicios en los que se presentan un total de 256 candidatos.

Los pronósticos apuntan a que el Partido Democrático del Ulster (DUP) del reverendo Ian Paisley será el ganador de las elecciones y que el segundo puesto será para el Sinn Fein, tal y como ocurrió en las elecciones de noviembre de 2003. Sin embargo, los resultados que se produzcan hoy quizá no sirvan para restaurar el Ejecutivo de poder compartido entre católicos y protestantes. Todo depende de si el mayoritario y favorito en las encuestas Partido Democrático Unionista (DUP) acuerda un pacto de gobernabilidad para el 26 de marzo con el Sinn Fein, el brazo político del IRA y segunda formación del Ulster. Esa es la fecha límite impuesta por los Gobiernos británico e irlandés en el acuerdo de Saint Andrews para poder devolver una autonomía al castillo de Stormont, sede de la Asamblea.

Difícil acuerdo

En caso contrario, se suspenderá los salarios de los diputados y los destinos de la provincia seguirán en manos de los ministros enviados por Londres, quienes aplicarían los contenidos pendientes en el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998) en estrecha colaboración con sus colegas irlandeses, una opción que horroriza a los unionistas.

Paradójicamente, el desarme final del IRA en 2005 y el reconocimiento de los republicanos de la autoridad de la Policía y Justicia norirlandesas el pasado enero, es decir su incorporación definitiva a la vía estrictamente democrática, están dificultando más de lo esperado la decisión de Paisley.

Hasta la fecha, el Sinn Fein ha cumplido con todas las condiciones impuestas por el DUP, pero el reverendo ha evitado por todos los medios declarar si dirigirá el Gobierno del Ulster con el número dos republicano y ex comandante del IRA, Martin McGuinness, como su adjunto. Lo más probable es que quiera tomar el pulso al electorado protestante antes de comprometerse con el mismo partido al que se ha enfrentado durante los últimos años.

Los unionistas se han negado a sentarse en el Gobierno con el Sinn Fein, brazo político del IRA, porque llevan años argumentando que no confiaban en el anuncio del IRA sobre su intención de poner fin a la violencia y destruir sus arsenales de armas. Pero el pasado año la Comisión de Seguimiento Independiente indicó que el IRA ha cambiado de forma radical y que sus estructuras más importantes han sido desmanteladas.

Por su parte, el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, se ha mostrado optimista sobre las elecciones. Su partido ha presentado esta semana un manifiesto en el que el partido se compromete a trabajar para restaurar la Asamblea. Asimismo, Adams ha declarado que el Partido Democrático del Ulster debe aceptar el resultado de las elecciones.

Sin los viejos temas sobre la mesa, durante la campaña electoral los programas políticos de los partidos se han centrado en temas como la sanidad, la educación o el nuevo y polémico impuesto sobre el agua. Toda una señal de la normalización de la situación en la provincia.

El líder del Sinn Fein, Gerry Adams, durante una acto electoral el martes en Belfast
El líder del Sinn Fein, Gerry Adams, durante una acto electoral el martes en BelfastEFE

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