Cuando el 'beneficio colectivo' se antepone a la intimidad

El ministerio británico del Interior ha anunciado este sábado que, a partir del próximo mes de abril, todas las personas que soliciten por primera vez un pasaporte británico deberán someterse a una entrevista personal, en un intento de evitar el fraude de identidad.

La nueva medida, que ha suscitado polémica, se extenderá en el 2009 a todos los ciudadanos que quieran renovar el documento de viaje, sea porque les ha caducado, se lo han robado o lo han perdido.

Según el director ejecutivo del servicio de pasaportes e identidad, James Hall, esa entrevista obligatoria es un elemento "clave" para prevenir la falsificación de documentos y el fraude de identidad, que cada año cuesta al Reino Unido unos 1.700 millones de libras (unos 2.500 millones de euros).

Hall ha dicho que los ciudadanos deben tomarse la entrevista, en la que se les preguntarán datos personales y bancarios, como hacen con los controles de seguridad impuestos en los aeropuertos, percibidos como una "molestia" puntual que reporta "un beneficio colectivo".

Desde el pasado octubre, el Reino Unido expide un nuevo modelo de pasaporte que incluye un chip de seguridad con el rostro de su dueño y detalles biográficos relevantes, con la intención de que a partir del 2009 todos los documentos del país contengan datos biométricos.