La controvertida génesis de una nueva Constitución
La Asamblea Constituyente boliviana cumple sus primeros seis meses sin un acuerdo de todos los partidos sobre el sistema de votación
El reciente acuerdo entre el partido que gobierna en Bolivia, el Movimiento Al Socialismo (MAS), y el segundo en importancia de la oposición, Unidad Nacional (UN), puede contribuir a superar las trabas en el seno de la Asamblea Constituyente, que ayer cumplió sus primeros seis meses de trabajos —aún infructuosos—, y permitir la aprobación por dos tercios del nuevo texto constitucional.
El documento fue suscrito por el jefe de UN, Samuel Doria Medina, y el jefe del grupo constituyente del MAS, Román Loayza, el viernes pasado y fue ratificado por ambos partidos en los primeros días de esta semana, mientras se continúa buscando el respaldo de los otros partidos que cuentan con representación en la Asamblea Constituyente, establecida en la ciudad de Sucre.
La fuente de mayores disputas, tensiones, regateos y crisis en estos seis meses de vida de la asamblea ha sido el artículo 70, que establecía que el texto constitucional debía ser aprobado por mayoría absoluta —con la que cuenta el oficialista MAS—, mientras la oposición reclamaba que se acate la ley de convocatoria, que establece la aprobación del texto por los dos tercios de las votaciones.
El acuerdo logrado ahora establece que el texto se aprobará por los dos tercios de votos de los miembros presentes en el plenario antes del 2 de julio de este año.
Con carácter previo, el informe de las comisiones de los 21 grupos de trabajo, que se reunirán hasta el 30 de abril, será aprobado por mayoría absoluta, pero pueden darse informes por mayoría y por minoría.
Desde el 1 de mayo se trabajará en la aprobación en detalle del texto y la aprobación de cada uno de los artículos será obligatoriamente por los dos tercios de los miembros presentes en el plenario.
El acuerdo entre MAS y UN especifica que, en caso de no lograr los dos tercios en determinados artículos hasta el 2 de julio, los asuntos pendientes pasarán a consideración de una “comisión de concertación” para su aprobación. Si no hubiera acuerdo, será sometido a consideración del pueblo en un referéndum y aprobado por dos tercios de los votos.
El acuerdo ha causado una división en las filas del primer partido opositor, Poder Democrático y Social (Podemos), algunos de cuyos constituyentes anunciaron su decisión de continuar trabajando en la nueva Carta Magna, mientras los dirigentes mantienen su exigencia de acatar el sistema de los dos tercios del voto en todas las instancias.
Sin embargo, ayer continuaban las negociaciones, en un intento de que también se adhieran al acuerdo el Movimiento Nacionalista Revolucionario y otras pequeñas agrupaciones, que desconfían de la palabra del partido oficialista. Ésta es la tercera vez que el MAS dice aceptar el sistema de aprobación por dos tercios, aunque después suele buscar salidas para intentar aplicar la mayoría absoluta, según denuncian los constituyentes opositores.
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