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"EE UU o Reino Unido deben intervenir en Somalia"

La ensayista de origen somalï Ayaan Hirsi Ali considera necesario que una potencia tutele la pacificación y democratización del Cuerno de África

Ayaan Hirsi Ali, azote del islam y abanderada de la razón crítica, considera que para que Somalia salga de la situación de caos en la que se encuentra, sin Estado y zarandeada entre radicales islamistas y señores de la guerra, es imprescindible que una gran potencia extranjera intervenga y tutele la democratización del país. “Mientras no haya un esfuerzo concreto de Estados Unidos o Reino Unido para estar presentes durante 50 o 60 años, Somalia seguirá en un estado de anarquía”, ha advertido la ex diputada holandesa Ayaan Hirsi Ali (Mogadiscio, 1969), esta mañana en Madrid, durante la presentación de su autobiografía Mi vida, mi libertad (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores).

Teniendo en cuenta los casos de Irak y Afganistán, donde la confrontación entre facciones locales dificulta el establecimiento de un Estado operativo, Hirsi Ali incide en que “una democracia no se consigue en dos años”. “No sólo consiste en votar. Se necesita el tiempo suficiente para establecer un Estado de derecho donde impere la ley y el orden”, recalca. “Se requieren generaciones para desarrollar instituciones democráticas y cambiar la mentalidad de la población, para que dejen las estructuras mentales de pertenecer a tribus y clanes y pasen a verse como parte de un Estado-nación”, añade.

“Si EE UU no tiene en mente esto, es mejor que no vayan allí”, aconseja esta mujer de convicciones sólidas que llegó a Holanda en 1992 huyendo de un matrimonio concertado por su familia. En este pequeño país, pionero de las libertades individuales, abandonó el Islam, la religión de sus padres, y aprendió a utilizar el sentido crítico como su única guía.

Uno de los mayores logros de Hirsi Ali ha sido conseguir que el debate sobre la integración de las minorías islámicas cobre protagonismo en los debates parlamentarios. Sostiene que el islam no es un modo de vida alternativo al occidental, como propugna el multiculturalismo, sino un conjunto de prácticas que restringen por completo la vida del individuo. La mutilación del clítoris o la sumisión de la mujer al hombre, argumenta, no son tradiciones culturales respetables, sino costumbres bárbaras. La igualdad entre hombre y mujer, o la de las personas ante la ley, no son valores occidentales sino universales.

Contra aquéllos que dicen que cualquier crítica al islam es fruto de la islamofobia, la ex diputada responde que “no existe tal cosa”. “El Islam no es una raza o una etnia, es una doctrina, un conjunto de creencias”, señala. Los que se consideran víctimas de la islamofobia “utilizan la culpa de Europa con los negros y los judïos y la aplican al islam. Cunando se usa el tërmino islamofobia en seguida sospecho”.

Difundir estas ideas, compendiadas en la colección de ensayos Yo acuso (Galaxia Gutenberg/Cïrculo de Lectores), le cuesta caro. Tras recibir amenazas de muerte durante años, aún se ve obligada a desplazarse escoltada por guardaespaldas; incluso a la presentación de un libro.

Hirsi Ali es más conocida por ser la guionista del documental Submission Part I, que le costó la vida a su director, Theo van Gogh, tiroteado, degollado y apuñalado en plena calle por el inmigrante marroquí Muhamad Buyeri. También se sabe que mintió para conseguir la nacionalidad holandesa en 1992 y que, años después, el incidente ha provocado la caída del Gobierno de coalición de Jan Peter Balkenende. Ella lo explica todo en la autobiografía que presentó ayer.

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