Al menos 25 muertos y 10 heridos al colisionar un tren de alta velocidad en pruebas en Alemania
El accidente se produjo cuando el ferrocarril elevado viajaba a 200 kilómetros por hora con entre 20 y 30 personas a bordo
Al menos 25 personas han muerto esta mañana y 10 han resultado heridas al colisionar un tren de alta velocidad con un vagón de mantenimiento en la comarca de Emsland, en el norte de Alemania, según el último balance ofrecido por las autoridades. El accidente se produjo cuando el convoy, que circulaba a unos 200 kilómetros por hora, sin conductor, con un sistema de levitación magnética y en fase de pruebas, transportaba a 29 personas a bordo -entre los muertos y heridos se encuentran los tripulantes del vagón de servicio técnico, cuyo número no se ha determinado-.
De momento, sólo diez de las 30 personas han podido ser rescatadas con vida y han sido recuperados 25 cadáveres de los habitáculos del Transrapid. Como se temía, la cifra de víctimas mortales ha aumentado de uno a 18 y de ahí a los actuales 25. Las tareas de rescate son muy complicadas, ya que el accidente se produjo en un tramo en el que las vías transcurren elevadas sobre pilares a cuatro metros de altura y el tren, muy dañado, no ha caído al suelo.
A la zona han sido enviados más de 150 dispositivos de rescate y en las tareas están cooperando los bomberos. "Hay muchos muertos", ha declarado un portavoz del distrito, sin poder precisar el número. Poco antes, la policía había informado de que, al menos, se han contado 20 heridos. La comarca de Emsland es el único lugar por el que discurre este tren -en un total de 31,8 kilómetros- que alcanza velocidades máximas de unos 450 kilómetros por hora. El tren, que no circula con regularidad, suele ser frecuentado por grupos de turistas que visitan la comarca, situada entre Hamburgo y Hannover. Sin embargo, en esta ocasión iba ocupado en su mayoría por trabajadores del tren y sus familiares.
El regreso del ministro de transportes
Según la empresa que administra el trayecto de pruebas, IABG, el accidente se ha debido a un fallo humano y no a un problema técnico. La canciller alemana, Angela Merkel, ha abandonado una conferencia en Berlín para dirigirse al lugar del accidente. El Transrapid, cuya tecnología ha sido vendida a China, nunca salió en Alemania de su estado embrionario tras más de dos décadas de ensayos y discusiones sobre su utilidad práctica. El ministro alemán de Transportes, Wolfgang Tiefensee, quien se encontraba precisamente en viaje a China cuando se produjo el accidente, se ha mostrado "verdaderamente preocupado" por lo acontecido y ha decidido interrumpir su estancia en Pekín y regresar a Alemania.
Un portavoz de su ministerio indicó que Tiefensee se enteró de la noticia justamente cuando se encontraba reunido con el ministro chino de Ferrocarriles. Merkel negó durante su visita a China en mayo la transferencia tecnológica necesaria para ampliar la línea del tren magnético entre Shanghai y Hangzhou. La ampliación, con un coste de 4.000 millones de euros (5.100 millones de dólares), supone el desarrollo de la tecnología del tren más rápido del mundo para unir estas dos ciudades chinas, a 170 kilómetros de distancia, en 26 minutos y a una velocidad máxima de 470 kilómetros por hora.
El consorcio germano Transrapid (Siemens y Thyssen Krupp) se llevó el primer contrato del "maglev" (levitación magnética). Aportó su tecnología, gracias a la cual, desde 2002, es el único tren de su tipo en uso comercial que une los más de 30 kilómetros que separan el aeropuerto de Pudong de las afueras de Shanghai, en menos de ocho minutos.
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