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Primera jornada de protestas sin disturbios violentos en Budapest en cuatro días

La oposición reclama un gobierno de tecnócratas

La manifestación convocada esta madrugada en Budapest contra el Gobierno socialdemócrata de Hungría concluyó sin disturbios ni actos de vandalismo, por primera vez en tres días. Aunque la protesta frente a la sede del Parlamento húngaro se celebró como en los días previos, los casi 10.000 manifestantes concentrados hoy se dispersaron de forma pacífica sin que se registrasen incidentes violentos.

Tras los altercados que comenzaron en la madrugada del martes, hoy ha sido el primer día en que el ambiente pacífico de la protesta mayoritaria no quedó empañado por la acción de varios cientos de incontrolados, que el primer día tomaron al asalto y ocuparon durante dos horas las instalaciones de la televisión pública.

Los manifestantes piden la dimisión del primer ministro, Ferenc Gyurcsány, tras filtrarse a una radio una conversación privada en la que éste reconocía que había mentido sobre la situación del país "durante un año y medio" para ganar las pasadas elecciones. En la madrugada del jueves ya se registró un descenso en el nivel de violencia callejera.

En los últimos días se han registrado casi 200 detenciones por las fuerzas de seguridad, que han advertido de que utilizarían la máxima dureza para atajar cualquier acto de violencia. El jefe de la Policía de Budapest, Péter Gergényi, anunció ayer que se actuará "con dureza" contra "todos aquellos que participen en actos violentos".

Miembros de extrema derecha y elementos ultras de algunos equipos de fútbol de Budapest fueron los principales responsables de los altercados de los pasados días, según la policía, y pueden hacer frente hasta a cinco años de cárcel en los casos más graves, aseguró la Fiscalía de Budapest.

Un gobierno de técnocratas

Por otro lado, el líder conservador Viktor Orbán declaró ayer en una entrevista en el canal de televisión RTL Klub que después de las elecciones locales del primero de octubre, a las que valoró como un plebiscito sobre la gestión de Gyurcsány, se deberá formar un nuevo gobierno formado "no por políticos, sino por especialistas profesionales".

El ex primer ministro conservador cree que el primer ministro tendrá que dimitir después de los comicios locales porque sufrirá un varapalo en las urnas. "El pueblo en el momento de votar sabrá qué es lo que tiene que hacer" y rechazará la política del actual gobierno dirigido por un primer ministro que "tendrá que ser procesado por haber falsificado datos que tienen que presentarse oficialmente".

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