Un mordisco de La Gran Manzana, en venta
Metropolitan Life subasta 110 bloques de apartamentos de Manhatan habitados por clase media en uno de los acontecimientos inmobiliarios más importantes de los últimos años
Es uno de los eventos más gordos acontecidos en los últimos años dentro del sector inmobiliario. Un gran mordisco de la Gran Manzana se pone a la venta. El bocado más popular. Los 110 bloques de apartamentos de Stuyvesant Town y Peter Cooper Village, habitados por profesores, enfermeras, obreros, bomberos y oficinistas durante casi 60 años, serán subastados con un precio objetivo de 5.000 millones de dólares, según publica hoy el diario New York Times.
El cambio de propietarios traerá inevitables cambios a los 25.000 residentes de la zona, donde los dos tercios de alquileres regulados se pagan a casi la mitad de los precios de mercado. Y es que cualquier nuevo dueño que desembolse 450.000 dólares por un apartamento no va a parecerse a sus anteriores inquilinos.
MetLife, una de las compañías de seguros de vida más grandes en Estados Unidos y propietaria de ambos complejos, anunció en julio la venta de los edificios que construyó hace casi 60 años con la ayuda de Gobierno. Para tasarlos, contrató a un consultor, que comenzó a registrar los 80 acres de terreno situado a lo largo de la Primera Avenida entre las calles 14 y 23.
La subasta ha suscitado el interés de docenas de posibles compradores: familias del negocio inmobiliario de Nueva York, fondos de pensiones, bancos de inversión internacionales e inversores de Dubai, y eso que los detalles de la venta no serán publicados hasta la semana que viene.
El New York Times considera que la venta provocará un seísmo en la vida cultural de la ciudad, donde los altísimos alquileres llevan años espantando a las clases menos adineradas.
Suzanne Wasserman, historiadora y cineasta que ha vivido en la Stuyvesant desde 1989, ha dicho al periódico: "Es realmente triste. Nueva York siempre ha interesado a gente no sólo preocupada por el dinero. Aficionados a la cultura, la música, el baile y la poesía, la gente joven que es el capital creativo de la ciudad. Van a dejar de tener un sitio aquí y probablemente en el resto de la ciudad. Esto va a afectarnos a todos".
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