Benedicto XVI nombra al cardenal Bertone como secretario de Estado del Vaticano
El italiano, de 71 años, sustituye a Angelo Sodano, de 79
El papa Benedicto XVI ha nombrado hoy al cardenal italiano Tarsicio Bertone, de 71 años, como nuevo secretario de Estado del Vaticano, un puesto equivalente al de primer ministro. Bertone sucede al también italiano Angelo Sodano, que presentó su dimisión por haber superado la edad de jubilación eclesial (75 años), según ha informado el Vaticano. Bertone fue secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe cuando Ratzinger presidía este dicasterio.
El relevo se venía rumoreando en las últimas semanas, ya que Sodano, de 79 años, había sido nombrado número dos del Vaticano por el anterior Pontífice, Juan Pablo II, en 1990, y hace poco había dicho en una entrevista que "los años pasan para todos". Pese a que fue reafirmado en su puesto por el nuevo Papa en abril del año pasado, Bertone, actualmente Arzobispo de Génova, es uno de los cardenales más cercanos a Ratzinger, a quien sirvió de brazo derecho durante siete años mientras dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe, el organismo heredero de la Santa Inquisición. Además, Sodano fue uno de los adversarios de Ratzinger durante el cónclave para elegir al sucesor de Juan Pablo II.
Con un perfil menos diplomático que su antecesor, el cardenal Bertone fue el encargado de preparar la publicación del llamado Tercer secreto de Fátima, en 2000, sobre el atentado que sufrió Juan Pablo II en la plaza de San Pedro en mayo de 1981.
El ministro de Exteriores, presidente del 'Governatorato
No ha sido el único nombramiento en la Santa Sede. El papa Benedicto XVI ha nombrado al actual ministro de Exteriores del Vaticano, el arzobispo Giovanni Lajolo, nuevo presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano.
El italiano Lajolo sustituye al cardenal Edmund Casimir Szoka, de 79 años, que presentó su renuncia por motivos de edad.
El látigo del 'Código Da Vinci'
"El Vaticano inicia una cruzada contra 'El Código Da Vinci". En marzo de 2005, este titular publicado en gran parte diarios del mundo, a raíz de unas declaraciones de Tarcisio Bertone, provocó un inmediato desmentido por parte de la Santa Sede. Verdad o mentira, designado para tal fin o no, lo cierto es que Bertone, entonces arzobispo de Génova pero ya influyente y papable cardenal, pidió a los católicos que no compraran ni leyesen el maligno best-seller. No contento con enumerar advertencias sobre el volumen, tales como "castillo de mentiras" o "distorsión tosca y absurda", organizó un seminario de debates bajo el título El Código Da Vinci… historias sin historia en el que iba desmontando la trama del libro según los fundamentos del catolicismo. Además, concedió entrevistas a una decena de diarios italianos para difundir sus tesis y, con motivo del estreno de la película, afirmó que "es un peligro porque mucha gente puede creer que esas fábulas son reales". De poco le ha servido. El Código Da Vinci, traducido a 44 idiomas, también está entre los cinco libros más leídos en Italia.
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