"Es absolutamente necesario que la OEA medie para defender la gobernabilidad regional"

Al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza (62 años), se le veía risueño, animado, bromista el martes por la tarde, apenas horas antes de que concluyera la 36ª Asamblea General de la OEA, celebrada en la capital dominicana, Santo Domingo. Tras el apagón que se produjo en la Cancillería dominicana —sede del encuentro— a consecuencia del estallido accidental de un transformador, Insulza pudo terminar de escuchar el debate entre Bolivia y Chile por las demandas del primero de recuperar la salida al océano Pacífico que perdió con Chile en una guerra hace 127 años.

En una entrevista con EL PAÍS en el despacho habilitado para él en el Ministerio de Exteriores dominicano, en pleno malecón de Santo Domingo, opina que la Asamblea General de este año ha sido buena, que Estados Unidos estuvo bien representado y que la OEA puede plantearse mediar en algunos conflictos entre Estados miembros para defender la gobernabilidad regional.

Pregunta. ¿Cuál es el balance de la asamblea que ha concluido?

Respuesta. Para mí ha sido una muy buena asamblea por varias razones. Primero, creo que el nivel de debate ha sido alto y los participantes se van muy satisfechos. Segundo, nos hemos dado tiempo para discutir algunos temas que durante todo el año son objeto de debate, pero que no se discuten cuando llega la Asamblea; el tema financiero era uno de ellos. Tercero, creo que la OEA está viva, muestra que hace cosas. Nadie puede negar que ha sido una asamblea entretenida. Y cuarto, la acogida del pueblo y del Gobierno dominicanos ha sido excelente. Además, se han aprobado algunas resoluciones sobre temas que habitualmente ni siquiera figuraban, como migración y energía.

P. También se habló mucho de política, de tensiones, de economía, pero la tecnología, que fue el tema central, no es lo que más ha trascendido.

R. Los temas que atraen a la gente es quién se pelea con quién, pero creo que hemos sacado algunos mandatos importantes en dos áreas, fundamentalmente en materia tecnológica. En el tema del acceso, va a haber un esfuerzo para cumplir con la idea de que el desarrollo tecnológico en América Latina tiene que dar un salto de calidad. No podemos seguir en una situación en la que tanta gente esté al margen de los procesos tecnológicos de nuestro tiempo. Y creo que hemos vinculado bien el tema de las tecnologías de la información con el de la transparencia y el buen Gobierno.

P. La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, no estuvo en Santo Domingo. Sí lo hizo su sustituto, Robert Zoellick, pero en cuanto terminó su intervención dio una conferencia de prensa y se marchó. Estados Unidos dice que la OEA es importante. ¿Lo cree así?

R. Ciertamente hubiera preferido que viniera la secretaria de Estado, pero Estados Unidos estuvo muy bien representado. Y en las partes del debate, en el diálogo privado del domingo y en el día de ayer [por el lunes], el señor Zoellick estuvo. Es una persona tremendamente conocedora de América Latina, que ha visitado la región ampliamente y negociado los acuerdos comerciales con varios de ellos.

P. Usted hablaba del buen momento de la OEA. ¿Es una realidad o sólo un lapso?

R. Es una buena etapa. Para que fuera una realidad, tendrían que pasar dos o tres asambleas así.

P. ¿Y las finanzas?

R. Un compatriota suyo, Felipe González, dice que la pregunta que siempre hay que hacer es: "¿Comparado con qué?". Comparadas con el año pasado, las finanzas están muy bien. Comparada con la cantidad de cosas que los propios países quieren que la OEA haga, la plata es insuficiente. Todo lo que he pedido es que algunas cosas mínimas sean ajustadas para no deteriorar más la institución y con eso iremos construyendo.

P. Perú cree que la OEA debe actuar en algunos casos de tensiones bilaterales entre Estados miembros. ¿Es hora de que la OEA se plantee intervenir para defender la gobernabilidad regional?

R. Creo que sí, que es absolutamente necesario que la OEA medie para defender la gobernbilidad regional, y he sido partidario de que, sin perjuicio de que los temas bilaterales sean tratados entre ellos, se recurra a la OEA y a su Secretaría General. Ahora bien, hay algunas disputas en las que esa mediación podría ser difícil, como por ejemplo entre Argentina y Uruguay, pero tenemos capacidades técnicas en asuntos ambientales y podríamos dar asesoría en eso. En mi discurso [ante la asamblea] está esa propuesta: hay que buscar mecanismos de mediación, de acercamiento entre los países. Es difícil cuando las peleas son más bien personales. No me imagino, como secretario general de la OEA, yendo a ver a un presidente para pedirle: "Por favor, no le diga esas cosas al otro señor presidente". Además, todos sabemos que este año es electoral, y en los años electorales la temperatura tiende a subir.

P. Para la OEA, ¿fue mejor que ganara Alan García en Perú a prefería que lo hubiera hecho Ollanta Humala?

R. Lo bueno para la OEA fue que el pueblo peruano eligió, que hubo una elección democrática, que hubo un ganador claro, que el perdedor reconoció la derrota y que la misión de la OEA confirmó que todo transcurrió con normalidad. Hemos tenido siete elecciones en el año y las cosas han salido bien. Faltan seis y ojalá que anden igualmente bien.

P. En Santo Domingo ha estado el secretario general de las Cumbres Iberoamericanas, Enrique Iglesias. ¿Esa secretaría es un rival o un complemento?

R. Un complemento. Enrique es un estadista muy notable de esta región y su consejo y opinión son siempres bienvenidos. De hecho, el diálogo privado entre cancilleres lo inauguramos el secretario general de la OEA y el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo [BID, Luis Alberto Moreno], pero Enrique estuvo allí, escuchando. Lo invitó el canciller dominicano. Está muy ligado a los temas de América Latina y nos sentimos felices de colaborar con él.

P. Sin embargo, algunos analistas creen que la Secretaría General de las Cumbres Iberoamericanas puede llegar a hacer sombra a la de la OEA e incluso al propio organismo.

R. Mire, mientras más fuerza pongamos desde el punto de vista de la coordinación internacional, mejor. En la medida en que todo el mundo marcha de común acuerdo, hay espacio para todos.

P. Hace un par de años, en una entrevista con EL PAÍS, usted decía que América Latina era muy rica, pero tremendamente desigual. ¿Ha cambiado algo desde entonces?

R. Por lo menos, no ha empeorado, creo yo, y cuando hay crecimiento disminuyen los pobres. Pero hay que diferenciar entre pobreza y desigualdad. La pobreza es atacable y en breves plazos se pueden obtener logros muy grandes. La desigualdad es un poco más complicada, porque para reducir la brecha la única alternativa es que los que están abajo crezcan mucho más rápidamente que los que están arriba. Un crecimiento de todos por igual aumenta la brecha, ni siquiera la mantiene constante. Creo que América Latina está encaminada a eso [al crecimiento] y se va a notar en la pobreza, pero no inmediatamente en la desigualdad. La preocupación, con las cifras de la Cepal Comisión Económica para América Latina] y considerando las metas del milenio, es que los países más desarrollados de América Latina van camino de cumplirlas, pero los más atrasados son los más pobres. Por lo tanto, existe la posibilidad también de una cierta brecha en la propia América Latina.