Miles de personas marchan en París contra el proyecto de ley que endurece la entrada de inmigrantes
La reforma legal comienza el martes su trmitación parlamentaria
Varios miles de personas (de 10.000 a 15.000 según los organizadores) se manifestaron hoy en París para protestar contra el proyecto de ley sobre la inmigración del ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, que endurece las condiciones de entrada de inmigrantes a Francia y que inicia el martes su tramitación parlamentaria. Al tiempo, la reforma favorece la venida de "extranjeros cuya personalidad y talentos supongan un beneficio para el desarrollo" del país, científicos, artistas e informáticos, que podrán tener permiso de residencia de tres años.
Por contra, el proyecto de ley endurece las condiciones de
reagrupamiento familiar, los mecanismos para luchar contra los matrimonios de conveniencia, y elimina la entrega automática del permiso de residencia a los inmigrantes ilegales que viven desde hace 10 años en Francia.
Los participantes en la marcha contra dicho proyecto, que había sido convocada por una plataforma bautizada "Unidos contra una inmigración de usar y tirar" integrada en particular por SOS Racismo y el Movimiento contra el
Racismo y la Amistad entre los Pueblos (MRAP) terminaron la
manifestación en la plaza de la República. En la cabeza de la marcha una pancarta pedía la "regularización de todos los sin papeles", mientras los responsables de la plataforma
criticaron que el texto de Sarkozy acentuará la precariedad de los extranjeros en Francia.
Algunos de ellos no dudaron en calificar la proposición de ley de "xenófoba", y en cargar contra el titular del Interior, al que se le ha reprochado sus declaraciones en las que recientemente parafraseaba uno de los eslóganes más conocidos del ultraderechista Frente Nacional. Sarkozy dijo en concreto la semana pasada que "Si algunos no les gusta Francia que no tengan reparos en irse", lo que junto al
contenido del proyecto legislativo había conducido a las iglesias cristianas de Francia a manifestar sus "inquietudes".
Hoy, tras ser recibido por el primer ministro, Dominique de
Villepin, el presidente de la Conferencia Episcopal francesa, el arzobispo de Burdeos Jean-Pierre Ricard, indicó que había sido escuchado en su posición sobre la inmigración. Ricard declaró que "hay que encontrar el equilibrio entre una laxitud irresponsable y un cierre casi xenófobo; un equilibrio entre firmeza y humanidad".
En una alusión al lema de Sarkozy de pasar de una inmigración "sufrida" por Francia a otra "escogida", el presidente de la Federación Protestante, Jean-Arnold de Clermont, señaló que "no sólo hay que escoger a los hombres y las mujeres que vendrán para paliar nuestras insuficiencias, sino que hay que atender a las necesidades
de los países y dar una formación.
Villepin indicó, por su parte en un comunicado que en el
encuentro con los religiosos había "confirmado su voluntad de que Francia sea fiel a la vez a la exigencia de firmeza contra la inmigración irregular y de humanidad en el trato de las personas".
Paralelamente a la marcha, alrededor de cuarenta inmigrantes sin papeles ocupó a media tarde la basílica de la Sainte Chapelle, ubicada en el interior del complejo del Palacio de Justicia de París para reclamar también la retirada del proyecto de ley de Sarkozy.
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