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EL DESAFÍO IRANÍ

Irán reanuda su programa de enriquecimiento de uranio pese a la presión internacional

El Organismo Internacional para la Energía Atómica eleva el conflicto diplomático al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas

Tal y como había amenazado con hacer, Irán ha anunciado hoy su intención de reactivar su programa nuclear a pleno rendimiento, en represalia por la decisión del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) de elevar el conflicto ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU).

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El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Manouchehr Mottaki, ha explicado hoy en rueda de prensa que su país ha decidido retirar el permiso a la OIEA (la agencia de la ONU encargada de luchar contra la proliferación nuclear) para realizar inspecciones; además, la reactivación de su programa nuclear incluye, según Mottaki, el enriquecimiento de uranio. Sin embargo, el régimen iraní se ha comprometido a seguir respetando el Tratado de No Proliferación, del que es firmante.

Ayer, la Junta de Gobernadores de la OIEA decidió dar un paso adelante en este conflicto que ya dura tres años y votó por amplia mayoría (27 de los 35 países miembros, incluidos Rusia, China y Estados Unidos) a favor de una resolución redactada por Reino Unido, Francia y Alemania en representación de la Unión Europea en la que se conminaba a Teherán a suspender el enriquecimiento de uranio y se instaba al director del organismo, Mohamed el Baradei, a informar al Consejo de Seguridad sobre el cumplimiento de esta medida.

Irán tenía un mes para responder, pues será el próximo 6 de marzo cuando El Baradei informe a la OIEA sobre su programa nuclear; pero pese a que el texto aprobado ayer no hacía mención a ninguna posible sanción, Teherán ha decidido lanzar un órdago y anunciar hoy la reactivación de las tareas de enriquecimiento de uranio.

El proceso de enriquecimiento del uranio para lograr combustible nuclear es exactamente igual al que lo transforma en material fisible para las armas atómicas. Sólo es una cuestión de porcentaje: entre el 3% y el 5% para su uso en los reactores comerciales convencionales (hasta el 20% en los de investigación), y por encima del 85% para usos militares. Quien domina la técnica puede fácilmente dar el salto de un estadio a otro. El Tratado de No Proliferación no prohíbe los usos civiles.

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