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Castro encabeza una marcha multitudinaria contra EE UU en La Habana

Al paso del millón de personas que han seguido al presidente, la oficina de EEUU en la capital cubana ha emitido mensajes a favor de la libertad en su panel electrónico

El presidente cubano Fidel Castro ha encabezado hoy una movilización en La Habana convocada frente a la oficina de EEUU en la capital. En ella han participado, según fuentes oficiales cubanas, más de un millón de personas. Con el uniforme verde oliva, ya clásico, y calzado con el mismo tipo de deportivas negras que utiliza desde hace años, el líder comunista se ha dirigido a los manifestantes desde la que llama "Tribuna Anti-imperialista".

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En esa instalación conocida popularmente como el "manifestódromo", y que está situadas frente a la oficina estadounidense, se ha podido oír cómo Castro lanzaba proclamas contra la política exterior de la administración Bush y, simultáneamente, se han podido leer mensajes escritos en castellano sobre la fachada del edificio que hace las veces de embajada de Estados Unidos.

Coincidiendo con el inicio del discurso de Castro, esta oficina ha encendido esa pantalla informativa, que está instalada en el quinto piso de su edificio y frente al Malecón habanero. La reacción de Castro ha sido inmediata, justo al comenzar su discurso: "ya encendieron el cartelito, qué valientes son las cucarachas".

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En la primera línea de la marcha se encontraban el dirigente sandinista nicaragüense Daniel Ortega, así como varios altos cargos del gobierno cubano, del Partido Comunista de Cuba y un habitual en este tipo de manifestaciones, el niño "balsero" Elián González.

Castro lanzó la convocatoria para esta marcha el pasado domingo, en protesta a las que califica como últimas "provocaciones" de EE UU, y acusó al gobierno del presidente estadounidense, George W. Bush, de intentar romper los ya precarios lazos diplomáticos que mantiene con Washington con La Habana, al planear la liberación del disidente Luis Posada Carriles, que está acusado de terrorismo por la dictadura.

Castro ha recordado que Posada está acusado de ser autor intelectual de la voladura de un avión comercial cubano en pleno vuelo, en 1976, en la que 73 personas resultaron muertas. También ha afirmado que Posada fue reclutado y entrenado por los servicios de inteligencia norteamericanos en 1961, y que participó en monstruosos crímenes y en la Operación Cóndor, una organización internacional terrorista que asesinó a personalidades latinoamericanas de izquierdas.

Castro se dirige a una multitud en las calles de La Habana, delante de un cartel que caracteriza a Bush como Hitler.
Castro se dirige a una multitud en las calles de La Habana, delante de un cartel que caracteriza a Bush como Hitler.EFE

Guerra de lemas

Mientras el presidente cubano hilaba su largo discurso, plagado como suele ser habitual de abundante retórica, la Sección de Intereses de EE UU lanzaba a la multitud congregada, lemas de personajes históricos en la lucha por el reconocimiento y el respeto de los derechos fundamentales. Y todo ello sin hacer referencias a la situación política.

"Lea lo que quiera, diga lo que piensa, haga lo que le parezca correcto", abrió el largo hilo de mensajes, que continuó con una cita del presidente norteamericano Abraham Lincoln: "ningún hombre es lo suficientemente bueno para gobernar a otros sin su consentimiento".

A estas se unieron otras frases como una de Mahatma Gandhi, "Yo quiero libertad para la plena expresión de mi personalidad", y otra de Lech Walesa, ex presidente polaco, que se preguntaba: "La fe profunda elimina el miedo. Sólo en sociedades totalitarias hablan solos los gobiernos sin escuchar al pueblo". Para rematar la guerra de carteles, la representación de Estados Unidos lanzó una idea más: "si es una batalla de ideas, ¿por qué no pueden discrepar con su gobierno?".

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