Merkel y Schröder se disputan la Cancillería alemana en una reñida noche electoral
La aspirante cristianodemócrata y el canciller socialdemócratas se declaran vencedores de los comicios
El próximo Gobierno de Alemania va a depender de complejas negociaciones entre los dos grandes partidos para formar coalición ya que, según los primeros resultados, ninguno ha obtenido una mayoría suficiente. Es más, los conservadores de Angela Merkel y los socialdemócratas de Gerhard Schröder parecen estar empatados a escaños, con un escaso punto de la aspirante sobre el actual canciller en porcentaje de voto. Se trata de proyecciones, no de datos oficiales, pero todo apunta a un resultado muy reñido.
El Parlamento alemán tiene 598 escaños y son necesarios 300 para tener una mayoría absoluta. Según los cálculos de la primera cadena de la televisión pública, ARD, ambas formaciones podrían obtener 223 escaños, a pesar de que la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU) saca un punto al Partido Socialdemócrata (SPD) en porcentaje de voto. La explicación está en el complejo sistema electoral alemán, que contempla el reparto de una serie de escaños complementarios o de repesca, en caso de que los puestos obtenidos por mandatos directos -primer voto- superen a los porcentuales, correspondientes al segundo voto. Si se diera el empate, el distrito 160 de Dresde, que celebra elecciones el 2 de octubre, podría convertirse en "árbitro" del desempate.
Un empate técnico
La elección en esa circunscripción, con 219.000 electores, se aplazó 15 días por la muerte de una candidata a mandato directo durante la campaña. Las proyecciones del voto de la cadena RTL hablan también de empate, pero a 222 escaños. Igualmente, apuntan a una ventaja pírrica de la CDU/CSU, con un 35% de los votos escrutados, un punto por delante del SPD. El único discrepante, el Instituto Demoscópico Forsa, ha corregido su primer pronóstico, que daba al SPD tres escaños más que a la CDU/CSU, para afirmar que hay empate a 222 escaños. El porcentaje de voto para la Forsa es también 35%-34%. Este resultado supone es completamente contrario a lo que indicaban todos los sondeos previos a las elecciones, que daban una cómoda ventaja a la CDU-CSU.
El Partido Liberal (FDP), con quien Merkel quería formar gobierno de coalición, se encuentra en torno al 10%; los Verdes, actual socio del Ejecutivo, en el 8,1%; y el nuevo Partido de la Izquierda (PDS), de origen postcomunista y al que se han sumado disidentes socialdemócratas encabezados por Oskar Lafontaine, en el 8,5%. La salida política más sólida, según el actual reparto de escaños, sería una gran coalición entre la CDU-CSU y el SPD, posibilidad que ni Merkel ni Schröder querían y que ya han descartado esta misma noche, puesto que ambos preferían a sus respectivos socios naturales, el FDP y los Verdes. Esta gran coalición tiene un único precedente entre 1966 y 1969, cuando el cristianodemócrata Kurt Georg Kiesinger gobernó aliado con el SPD de Willy Brandt. A pesar de la negativa de la CDU-CSU y el SPD, los resultados no apuntan a una mayoría suficiente para ninguna de las alianzas preferidas.
Las primeras declaraciones
De confirmarse las estimaciones, tanto la CDU como el SPD habrían experimentado un retroceso importante respecto a las elecciones de 2002. En el caso del SPD, es el mayor desde los 50, pero supone una recuperación espectacular respecto a los pronósticos de la campaña. En el caso de la CDU, que lideraba todas las encuestas, este pobre resultado supone un batacazo para el partido y para Merkel. A pesar de todo, la candidata ha afirmado, en su primera comparecencia, que su formación ha recibido el "mandato para formar gobierno". Eso sí, Merkel no se ha declarado vencedora y ha admitido que hubiera deseado "un resultado mejor". En su opinión, los electores ha desbancado a la coalición roji-verde y "eso es la buena noticia".
Por su parte, el presidente del SPD, Franz Müntefering, ha calificado de excelente el resultado de su partido, que considera un "enorme éxito" de Schröder. El propio canciller piensa que seguirá en el poder: "Me siento confirmado para que nuestro país tenga en los próximos cuatro años un gobierno estable bajo mi dirección". Al margen de la "gran coalición", la segunda variante, que Merkel pintó como una amenaza, sería una alianza entre la coalición rojiverde y el Partido de la Izquierda.
Schröder ha rechazado esta noche esa opción, al señalar que a partir de mañana entablará conversaciones con todos los partidos menos éste. También su líder, Lothar Bisky, ha rechazado coaligarse con quien defienden la "Agenda 2010", en referencia a las reformas impulsadas por Schröder. Una tercera posibilidad, que toma mucha fuerza según las primeras declaraciones de Schröder, sería la formación de una "coalición semáforo" con el SPD (rojo), Los Verdes, y el FDP (amarillo). Un último modelo posible sería un gobierno minoritario de Merkel.
El voto de los candidatos
Los candidatos han aprovechado la mañana para votar en silencio. Uno de los más madrugadores ha sido Schröder, quien ha votado junto a su mujer, Doris, en un colegio de bachillerato de Hannover. Schröder, con un traje azul y una corbata roja y verde, ha depositado su voto en la urna sonriendo pero haciendo gala de un laconismo poco propio de su carácter. En cambio, su mujer sí ha hablado para pronosticar un triunfo del SPD: "Mi marido siempre dice que si luce el sol, entonces el SPD lo tiene hecho".
Vestida de verde, Merkel ha votado unas horas después en un local situado en la cafetería de la Universidad Humboldt de Berlín junto a su marido, el catedrático de física Joachim Sauer. Ninguno de los dos ha hecho declaraciones, a pesar de la nube de reporteros gráficos que les esperaban. Media hora antes había depositado su papeleta en el mismo centro el ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, acompañado de su novia Minu. "Hoy es el día en que por fin los políticos callan y el pueblo puede hablar", ha dicho Fischer para justificar el mutismo de los políticos.
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