Los sondeos indican un giro a la izquierda en Noruega

Los sondeos a pie de urna otorgan a la alianza de izquierdas que lidera el laborista Jens Stoltenberg una victoria por la mínima en las disputadísimas elecciones legislativas que han tenido lugar hoy en Noruega. 3,4 millones de ciudadanos estaban convocados a las urnas para refrendar en el poder a una coalición minoritaria de centro-derecha, aliada de la derecha populista, o sustituirla por la coalición de Stoltenberg. La campaña se ha centrado en la distribución de riquezas de la floreciente economía de Noruega.

El sondeo de la televisión pública otorga 85 escaños (de 169) a la alianza de laboristas, verdes y comunistas, frente a los 84 del grupo que respalda al actual primer ministro, Kejll Magne Bondevik. La televisión privada TV2 avanza un resultado similar: 86 frente a 83. Ya los sondeos antes de las elecciones apuntaban que el resultado sería tan reñido que Stoltenberg, un economista de 46 años, precisaría de los escaños de la Alianza Electoral Roja (dos, según la proyección de la televisión pública) para arrebatar el poder a Bondevik, un pastor de 58.

Sin embargo, el Ministerio de Gobierno Local ha hecho público a las 21.30 (hora peninsular española) que con el 10% de los votos escrutados la coalición gobernante obtiene 85 asientos, frente a los 84 de la oposición de izquierdas.

"¿Por qué cambiar si todo va bien?"

Considerado por quinto año consecutivo como el país que goza de la mayor calidad de vida en el mundo, según Naciones Unidas, Noruega ha centrado sus principales debates políticos en la distribución de esta riqueza, teniendo en cuenta además que es el tercer exportador de petróleo del planeta. Haciendo del buen balance económico su fuerte, la derecha aboga por una reducción continuada de impuestos, pero también por una continuidad en el poder como la mejor opción. "¿Por qué cambiar si todo va tan bien?" es uno de los lemas de Bondevik.

Los laboristas, por su parte, han cambiado su estrategia y por primera vez en su historia han decidido aliarse con socialistas y centristas. El bloque opositor argumenta que el aligeramiento de los impuestos sólo ha beneficiado a los más ricos y ha dejado de lado a los desfavorecidos, un sector en aumento. De tinte marcadamente más social, Stoltenberg recurre a programas más sensibles y recuerda que no todo va tan bien: "¿Debemos continuar con la bajada de impuestos o deberíamos más bien ponerle fin y utilizar ese dinero para mejorar el empleo, el cuidado de las personas mayores y las escuelas?".

No obstante, observadores y politólogos consideran que, sea cual sea el veredicto, no se producirán grandes cambios en la gestión del país. La prosperidad del país escandinavo no obedece a una política económica sino a sus inmensos yacimientos de hidrocarburos, señalan los expertos.