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Una multitud palestina incendia varias sinagogas tras la retirada israelí de Gaza

Las fuerzas policiales han sido insuficientes para frenar a la gran cantidad de personas que ha procedido a tomar los edificios

Israel ha culminado hoy, definitivamente, la retirada de Gaza, después de 38 años de ocupación. Los soldados israelíes han abandonado la franja, cediendo el control del territorio a las fuerzas del orden palestinas. Sin embargo, éstas no han podido evitar una de las imágenes que temía la Autoridad Palestina. Una multitud de palestinos han entrado en los desmantelados asentamientos de Morag, Netzarim, Nevé Dekalim y Kfar Darom y han incendiado las sinagogas. Además, activistas palestinos han lanzado un misil artesanal Qassam contra el pueblo israelí de Sderot.

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Fin a 38 años de ocupación

El presidente de la AP, Mahmud Abbas, ha celebrado el momento histórico del fin de la ocupación diciendo que "éste es un día de alegría y felicidad que el pueblo palestino no había conocido en un siglo". Sin embargo, su alegría ha durado lo que ha tardado el último soldado israelí en cruzar la frontera. Las fuerzas palestinas, que han entrado en el territorio haciendo el signo de la victoria, no han podido contener a la multitud que se aprestaba a celebrar la marcha de los israelíes.

La Autoridad Palestina (AP) quería que la retirada israelí de Gaza diese paso a una demostración de solvencia de sus fuerzas del orden, de modo que se viera una transición pacífica y que no se produjeran escenas de violencia tras la marcha de los militares israelíes, que han mantenido el control de la zona desde 1967. Se trataba de ofrecer una demostración de que las autoridades palestinas podían efectivamente controlar la zona una vez culminada la retirada israelí.

Sin embargo, con la marcha de los soldados israelíes, una multitud palestina ha irrumpido en los restos de los desmantelados asentamientos judíos de Morag, Netzarim, Nevé Dekalim y Kfar Darom, y ha procedido a incendiar varias de las sinagogas. La toma de estos edificios es polémica, ya que el Gobierno del primer ministro Ariel Sharon, bajo protesta de la AP, había decidido ayer dejar en pie los 19 templos que servían a los colonos desalojados el pasado agosto, cuando se llevó a cabo el desmantelamiento de las 21 colonias de Gaza y 4 de Cisjordania contempladas en el plan de desconexión de Gaza diseñado por el propio Sharon.

Después de la quema de las sinagogas, algunos activistas han lanzado un misil casero Qassam contra territorio israelí, lo que constituye el primer ataque contra Israel apenas unas horas después de completado el repliegue israelí. El misil ha caído en la población de Sderot, sin causar víctimas. El comandante de la región del sur de Israel, general Dan Harel, que tuvo jurisdicción en Gaza hasta que esta mañana concluyó la operación Última Vigilia, ha acusado a la Autoridad Palestina de que este ataque "viola su acuerdo para mantener la seguridad". Además, ha advertido de que Israel responsabilizará a la AP por ese y cualquier otro ataque futuro de los palestinos, y que el Ejército reaccionará "aunque no lo hará siempre militarmente".

Además, varias decenas de palestinos han cruzado la frontera con Egipto por el paso de Rafá, controlado hasta pocas horas antes por los soldados israelíes, después de derribar un muro fronterizo. También han invadido el llamado corredor de Filadelfia, el camino que recorre los 14 kilómetros de la frontera entre Egipto y Gaza y que utilizaban los soldados israelíes para patrullar la frontera. Los soldados egipcios que vigilan su lado de la frontera no han hecho nada por impedir el paso de los palestinos.

El último tanque

Hasta esta madrugada, se había procedido a efectuar la retirada de los últimos soldados israelíes de la franja de Gaza con relativa tranquilidad, y poco antes de las seis de la mañana, (siete en España), el grueso de los 360 kilómetros cuadrados del territorio ya estaba en poder de la ANP. El último tanque de Israel ha abandonado Gaza a las 4.25, poniendo fin a una ocupación iniciada tras la Guerra de los seis días.

La evacuación de las tropas, en tanques y carros blindados, se ha realizado por los pasos de Erez en el norte, desde la ruta de Filadelfia en la frontera de Gaza con Egipto, y hacia el kibutz Kerem Shalom, pasando por Kisufim, que servía de acceso a la mayoría de los asentamientos judíos concentrados en Gush Katif.

Un palestino hace el signo de la victoria sobre los restos del asentamiento de Netzarim.
Un palestino hace el signo de la victoria sobre los restos del asentamiento de Netzarim.AP
Varios palestinos pasan frente a la sinagoga incendiada de Netzarim.
Varios palestinos pasan frente a la sinagoga incendiada de Netzarim.REUTERS

"¡A la playa!"

Con la estela de polvo dejada por los tanques israelíes en su retirada de Gaza, miles de palestinos han cruzado los alambres de espinos que durante años les han separado de las playas del Mediterráneo, que podían ver pero no disfrutar. Hasta ahora. Los asentamientos judíos ya son historia, y los palestinos se han amontonado para, tras 38 años de ocupación, disfrutar del mar. En otras zonas ardían sinagogas o se lanzaban gritos de júbilo y reivindicaciones políticas; en la playa, la alegría era puro gozo. "Nadie ha ido hoy al colegio. Hemos irrumpido en los asentamientos para verlos por dentro, y luego nos hemos ido a la playa. Por fin hemos podido jugar al fútbol aquí", contaba a la agencia de noticias Reuters un niño palestino de 12 años, Ahmed Qadi. "¡A la playa!", habían gritado horas antes chavales de todas las edades que salieron corriendo del campo de refugiados de Yan Yunis, poco antes del amanecer, según salía de allí el último tanque.

Incidente en la frontera

El Ejército egipcio, al que Israel cedió hace unos días el control de su frontera con la Franja de Gaza, ha matado hoy a un palestino que, según la versión de las fuerzas de seguridad, trataba de pasar a este país subrepticiamente. El portavoz presidencial, Suleiman Awad, ha desmentido sin embargo la noticia. Egipto desplegó 750 soldados en la frontera a principios de mes para impedir el contrabando de armas y drogas que el Gobierno israelí achaca a la Autoridad Nacional Palestina. Sin embargo, y en contra de lo pactado inicialmente, Israel decidió mantener sus puestos de control en el paso de Rafah y en el Corredor Filadelfia, por debajo del que hay, según dice, túneles secretos.

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